La chica de la tortilleria
Fecha: 01/01/2018,
Categorías:
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... la calentura y decidí seguir con mi objetivo inicial. Total, no hay nada como descargar el“veneno” cuando uno ya lo trae a tope. Y quizás sería la única ocasión que acudiría a tal lugar pues, si me iba bien con esta chica, ella sería la única a quien dedicaría todas mis deslechadas. En verdad la deseaba.Como había un mundo de gente en el subterráneo esperé hasta poder entrar en uno de los atestados vagones y partí.Bajé en la estación que quedaba más cerca a la mencionada casa del placer y caminé hacia allí. He de decir que al estar frente a la puerta del lugar se me aceleró el ritmo cardiaco. Toqué el timbre, no sabía que me iba a encontrar allí. He escuchado rumores de asaltos en ese tipo de lugares.Un tipo con mala pinta me abrió la puerta. La verdad si me dio temor pero seguí con mi aventura. Antes de poder entrar, aquel tipo tuvo que cachearme.Me condujo a una salita donde, detrás de una cortina, aguardaban las chicas disponibles. Yo, aún temeroso, no sabía si alguna de las chicas cumpliría mis expectativas (tal vez resultarían ser horrendas, pensé). El mismo tipo que me cacheó les gritó a las chicas detrás de la cortina avisándoles que había cliente, y ellas comenzaron a salir:Una a una, las chicas salieron. Sus edades y complexiones eran diversas. A decir verdad, casi ninguna me pareció atractiva y me empezaba a desanimar, sin embargo, al salir la última, me di cuenta que ésta sí que me gustaba. No sólo era una chica que cumplía con todas mis expectativas, sino que ...
... además ya la conocía.La expresión en su rostro me pareció una mezcla de sorpresa inesperada combinada con vergüenza y quizás hasta contrariedad.Julieta, como hacía apenas unos momentos, en el camión, ella misma me había dicho que se llamaba, se notó sorprendida de verme allí, y yo aún más al ver que la chica de la tortillería ahora se dedicaba al sexoservicio.Inmediatamente la elegí a ella quien, con el rostro desencajado, me pidió que la acompañara y yo la seguí. Julieta subió unas escaleras y al ir tras de ella pude apreciar sus deliciosas nalgas de una manera como nunca antes:«En tan sólo unos minutos más, tendré el gusto de devorarlas», pensé.Cuando entramos al cuarto ella pidió su pago. Al dárselo le expliqué que quería dos horas de servicio. Sin mirarme a los ojos, me pidió que la esperara mientras iba por sus cosas.Mientras ella regresaba, yo me desnudé pensando en lo que a continuación iba a disfrutar. En esos momentos, previos al encuentro, tuve la oportuna idea de colocar mi celular de tal forma que nos grabara. Afortunadamente me dio tiempo y lo coloqué antes de que ella regresara (pues, por supuesto, ella no lo hubiera permitido).Mientras aquella chica dejaba a un lado un bolso me dijo que si la quería completamente desnuda era un costo extra, el que no dudé en saldar. Así que, sin decir palabra, comenzó a desnudarse. Decidí no incomodarla con preguntas obvias, por lo menos no hasta ese momento.Sacó de su bolso un envase de lubricante y un par de preservativos. Me ...