La soledad de mi hermana Vero.
Fecha: 02/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: arteomx, Fuente: SexoSinTabues
... quieras, pero ¡cógeme rico! Cerca de cinco minutos después, sin aviso, la levante por la cintura y metí mis piernas debajo de su espalda. Las piernas de ella las eché sobre mis hombros y quedó completamente expuesta para una penetración total. Le hice tragar a su vagina los 18cm de mi verga y mis testículos frotaban fuerte su coxis. Tuvo un orgasmo más que la dejó completamente sin fuerza, pues sus brazos cayeron a su costado y parecía que se quedaría dormida porque a cada movimiento mío se agitaba como muñeca de trapo. Sus piernas colgaban con todo su peso sobre mis antebrazos y la cabeza le bailaba de un lado a otro. De no ser porque seguía gimiendo, hubiera pensado que estaba desmayada. Saqué mi mojado miembro y la levanté para colocarla sobre el respaldo y no soportó su peso sobre sus rodillas. La posición en que quedó fue un tanto incómoda pero me las ingenié para colocarme detrás de ella en posición de perrito, pero ella permanecía sentada sobre sus pantorrillas, así que la tomé de las caderas para levantarla y penetrarla de nuevo. Sin proponérmelo, la posición me resultó genial para alcanzar a tocar la parte anterior de su vagina, justo donde se encuentra el punto G, y después de escasos cinco o diez bombeos, ella ya estaba levantada recibiendo con gusto las embestidas que le daba. Un orgasmo más de ella y de pronto se separó bruscamente de mí y echó a correr a su recámara. La seguí para continuar con la fiesta pero ella se encerró y no quiso salir. Estuvimos ...
... hablando a través de la puerta por un rato. -¿Qué sucede? –Pregunté. -No debí hacer esto. ¡Estoy sucia! -Eso que dices son prejuicios que tiene la gente. Ambos lo deseábamos y lo disfrutamos. Es más, tú lo disfrutaste, porque en lo que a mí respecta, me has dejado con las ganas de venirme. ¿Qué haré con la leche que tengo aquí lista para salir? La puerta se abrió y Vero se arrodilló tomando mi verga entre sus manos e introduciéndola en su boca. Me dio una mamada de campeonato que me hizo gritar de gozo. Siguió mamando con gula hasta dejarme completamente limpio y prosiguió con la limpieza de mis testículos y el área circundante. Y así, sin avisar de nuevo, se levantó y cerró la puerta otra vez con seguro desde dentro de su recámara. -Vete. – Dijo. –No quiero seguir hablando, así que no me digas nada. -Pero tu ropa está aquí en la sala. -Aquí tengo más ropa. Vístete y vete. Mañana vienes y si quieres me coges de nuevo, pero por hoy déjame sola. No insistí y salí del departamento después de vestirme y dejar su ropa junto a la puerta de la recámara. En el jardín me encontré a Montse que me despidió con un beso fugaz y siguió jugando con sus amiguitas. Al salir de la unidad y virar la reja que rodeaba el edificio escuché un grito desde el departamento. -¡Te amo, manito! –Dijo Vero desde la ventana cubriendo su desnudez con la cortina. –Por favor no dejes de venir mañana, que tenemos cosas que hacer. Al otro día volví al departamento y tal como puedes imaginarlo, hicimos muchas cosas. ...