Invitado a una boda
Fecha: 12/09/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hacía años que no veía a mi amigo Charlie. Nuestras vidas habían seguido caminos distintos después de concluir nuestros estudios. Yo crucé el Atlántico y llegué a Europa lleno de sueños y proyectos, así que me establecí en Barcelona para ejercer como diseñador industrial. Charlie se quedó "en casa" y a pesar de que yo al menos iba una vez al año para visitar a la familia, a él nunca lo visité, si bien es cierto que solíamos mantener contacto vía e-mail. Teníamos ambos ya 37 años cuando mi amigo me comunicó que estaba a punto de contraer matrimonio y que yo quedaba invitado a la boda. Su noviazgo fue fugaz y su amor con la afortunada un flechazo. Volé a Caracas entusiasmado con la boda de mi amigo y hasta después de la ceremonia religiosa no conocí a la novia, que había permanecido con el velo hasta ese momento. Creo que jamás había conocido a una mujer tan hermosa. Se llamaba Bernabela. Mi amigo Charlie era un hombre con suerte, y yo lamenté mi interminable soltería, con algún amor frustrado en Barcelona, y eso que no me consideraba feo ni un hombre desagradable, puede sí que un poco escrupuloso, ya que no me conformaba con cualquier mujer y era muy selectivo con ellas. Sin embargo, como comprenderéis, un polvo es un polvo, y perforar una raja es algo que en ocasiones se necesita imperiosamente sin tener mucho en cuenta quien es la hembra. Tras la boda intenté en el banquete nupcial echar el ojo a alguna chica, pero casi no conocía a nadie, aparte de que o bien estaban ...
... acompañadas o eran demasiado niñas o estrechas. La mirada se me iba en todo momento hacia Bernabela. Parecía muy enamorada de Charlie, abrazándose y retratándose junto a él, pero a mí me empezó a volver loco con su manera de ser. En todo momento se mostró encantadora conmigo, hasta que llegó el momento en que tuvimos oportunidad de hablar ella y yo solos mientras su recién estrenado esposo atendía a otros invitados. - ¿Qué tal tu vida por España? –me preguntó. - Bien, pero me gustaría estar por aquí, más cerca de los míos. - Sí –dijo ella- es una pena que un hombre tan interesante como tú no esté aquí. - Has de bromear; el seductor, el conquistador, el hombre al que amaban todas era Charlie. - Depende del gusto de cada mujer –dijo ella. - ¿No te gusta tu propio marido? - Por supuesto, pero a lo largo de este tiempo me ha hablado tantísimo de ti… Como a él lo tendré para siempre y tú te irás tan pronto, pues no quería desaprovechar la ocasión de… - ¿De qué…? – le pregunté. - De intimar contigo –contestó enigmática y libidinosa. - ¿El mismo día de tu boda? –pregunté tan sorprendido como interesado. - ¿Por qué no? Tu avión sale mañana y sabe Dios cuando nos volvamos a ver. Durante unos segundos casi no pude respirar. O Bernabela era tan puta como hermosa o verdaderamente se había enamorado de mí. La verdad es que no sé si importaba una cosa u otra. Lo que importaba es que era la esposa de un amigo, al que por cierto no veía hacía años y quien hubo una época en que me levantó al menos ...