1. Desafío de galaxias (capitulo 40)


    Fecha: 04/01/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... un montón de cancilleres, y todos con sus sequitos. He intentado alojarlos en hoteles cercanos, pero se niegan, quieren estar aquí, cerca del presidente y de usted. Estamos desbordados, y no tenemos sitio en el Cuartel General para tanta gente. —No se preocupe capitán, tendrá toda la ayuda que sea necesario, —sonrío para tranquilizarlo. —Hable con la oficina de mi padre, —intervino Anahis que se había acercado también al grupo—, el Palacio Real tiene muchas dependencias que no se utilizan. El presidente, los ministros y el grupo principal de cancilleres, aquí, en el cuartel general, y todos los representantes y altos funcionarios, al palacio. —Muy bien, solucionado. —Mi señora, —dijo Hirell situándose ante ella— tenemos problemas con la señal de video enlace con Nar, pero he hablado con el general Oriyan y me ha asegurado que allí, todo está sin cambios. La he informado de la reunión que ha convocado. —Gracias Hirell, —y mirando a Anahis y Marión, añadió—: me voy al despacho a trabajar, tengo que reflexionar sobre todo lo que tengo en la cabeza y quiero hablar con un montón de gente. Durante varias horas, Marisol trabajó en su despacho. Durante ese tiempo, hablo con Loewen y Opx, así como con Pulqueria y Oriyan cuándo se solucionaron los problemas de conexión. Cuándo llegó el presidente no quiso molestarla y se dedicó a atender, con la ayuda de su amigo el canciller de Mandoria, a toda la fauna política que iba llegando al complejo del Palacio Real. Anahis y Marión, entraban ...
    ... al despacho cada vez que Hirell recababa nueva información. Incluso cuándo se estableció la conexión con la zona de Karahoz, ignoro los vítores y gritos de júbilo que llegaron a su despacho, aunque eso si, Anahis la llamo al comunicador para informarla. La reunión del Estado Mayor se trasladó al antiguo parlamento de Mandoria, en desuso desde que la Princesa Súm implantara la fibra óptica neuronal en todas las casas de la república y los ciudadanos eran consultados constantemente. En la parte baja del hemiciclo se preparó una gran mesa donde se sentaron los miembros de Estado Mayor, así como el presidente, el ministro de defensa, y los cancilleres principales. Una docena de grande pantallas, situadas en la parte de atrás de la presidencia, recogían a los ausentes desplazados en los frentes de guerra. El presidente en persona se ocupó de ir a buscar a Marisol a su despacho. Cuándo entró, la encontró terminando de ordenar sus papeles para ir a la reunión. —¿Estás preparada? —preguntó con una sonrisa. —Si señor presidente, —respondió cogiendo también un par de tabletas—. Me hubiera gustado comentar una cosa con usted, pero he estado muy liada. Si le parece bien lo hacemos ahora, no pasa nada porque esperen un rato más esos buitres. —No te preocupes, yo apoyaré siempre todas tus decisiones. —No es una cuestión militar señor presidente, es una cuestión política. —¿Política? Nunca has querido intervenir en política. —Y no quiero, pero necesito que ustedes decidan que hacer con los ...
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