1. LA PANDILLA DE VICTOR (9) Un Dios de Ébano


    Fecha: 04/01/2018, Categorías: Gays Autor: ZLASKO, Fuente: SexoSinTabues

    Yo solo los escuchaba, pendiente con la mirada del paquetón del negro, que engordaba por segundos y abultaba cada vez mas en el pantalón vaquero. Parecía que surtía efecto el líquido y el relato del Peta, el tío sabía como ponerlo cachondo, contándole posturas guarras y como le gustaba soltar el semen por la polla. LA PANDILLA DE VICTOR (9) Un Dios de Ébano El Peta concertó una cita con el Delio en mi casa, para pillarle chocolate y maría para unos porros, y de paso tomarnos unas cervezas en plan colegas. Cuando ya llevábamos cuatro o cinco birras y otro tanto de porros encima, llegó el turno de los chupitos y mi plan de dejar cao al negro. Brindamos por nosotros, por lo colegas, por las pivas de coños grandes, de tetas gordas, culos follables, etc … por todo lo que al moreno de mierda le gustaba. La droga que me había dejado Miguel, se la fui echando desde el primer chupito y poco a poco iba surtiendo efecto. La sustancia en sí no hacía daño al cuerpo, solo te dejaba dormido, … y con la mezcla que llevaba de afrodisíaco, te mantenía todo el tiempo con una tremenda erección en la polla. El calentón era progresivo, se notaba en las conversaciones, y de los brindis pasamos a hablar de las folladas de cada uno. Naturalmente el Delio solo hablaba de tías, de como se las tiraba y le metía el cipote por el coño. El Peta también contaba las folladas que le metía a su nueva novia, y de lo que le gustaba que le hiciera la niñata para correrse. Yo solo los escuchaba, pendiente con la ...
    ... mirada del paquetón del negro, que engordaba por segundos y abultaba cada vez mas en el pantalón vaquero. Parecía que surtía efecto el líquido y el relato del Peta, el tío sabía como ponerlo cachondo, contándole posturas guarras y como le gustaba soltar el semen por la polla. A los tres cuartos de hora, el negro ya estaba fuera de juego, sentado en el sofá, con las piernas abiertas y la bragueta a punto de estallar. Sentado a su lado, puse mi mano encima de su paquete, para comprobar que estaba dormido y cerciorarme de que no hubiera peligro. Si estaba consciente, seguro que me partiría la boca y me echaba los dientes abajo de un puñetazo. Cuando desabroché el pantalón y se los quité junto con los calzoncillos, lo que vimos el peta y yo fue alucinante, … ¡Que pollazo! … gorda y cabezona, grande como ella sola, de unos 25 cm de larga, un grosor de un vaso de tubo, y unos cojones gordos y peludos. Tuve que probarla, … el deseo de saborear aquel monstruoso cipote era descontrolable para mi, metermela en la boca, tratando que me cupiera, degustando el sabor de aquel falo de ébano, y postrado oliendo a polla de dos días sin lavar. Mi colega, el Peta, se arrodilló entre las piernas peludas del Delio, se quedó admirando durante un rato el cetro que portaba el negraco, acercó su cara y le pegó unas lamidas con la lengua. El Peta no solía chuparle la polla a nadie, mas bien le gustaba que se la chuparan a él, pero cuando follaba conmigo, era distinto, se desinhibía por completo, sacaba ...
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