1. Reconciliacion de un cornudo y su novia en su fies


    Fecha: 06/01/2018, Categorías: Fetichismo Voyerismo Tabú Autor: parejafartun, Fuente: xHamster

    ... bien… —me escuché decir, patético.Me soltó la mano para acomodar mejor su cuerpo y regalarlo por completo al negro, que se colocó entre sus piernas. Me fue imposible no abrir los ojos con preocupación cuando el negro se bajó el bóxer. Un vergón largo y rechoncho como morcilla de exportación le colgó de entre las piernas. Al estar yo en el piso y al lado, la masculinidad del negro quedó casi sobre mi rostro.El moreno se tomó la pija con una mano y se la sacudió un poco para terminar de darle rigidez. Con la otra mano corrigió la posición de mi novia.—Mi amor… —me asusté cuando la cabeza de la verga se apoyó en ella, puerteándola— ¡La tiene demasiado grande, no me podés hacer esto!Malena levantó la pelvis y le sonrió al negro, que empujó. El glande apenas penetró los pliegues de mi amorcito, ahí, frente a mis ojos.—¡Arrepentite, cornudo, pedime perdón!¿Pero cómo se pide perdón en medio de una situación semejante?Es difícil reflexionar, meditar, arrepentirse de lo que sea, con un tipo taladrando a tu novia a menos de medio metro.El negro comenzó a clavar a mi Male.—¡Ahhhhhh…! —ella.—¡Male! —reclamé viendo cómo cerraba los ojos y disfrutaba de cada centímetro.—¡Cuerno!La pija iba por la mitad y seguía entrando.Así arrodillado en el piso junté mis brazos en la cama y comencé a implorar.—Te lo ruego, Male, te lo ruego… —sin saber realmente qué decir.—¡Ay, qué pedazo de pija, hijo de puta!Mis ojos se querían ir para el costado, yo trataba de mirar a mi novia a la cara.—Te pido ...
    ... perdón, Male, por todos mis pecados…—¡¡Ahhhhhh…!! ¡Me estás llenando de verga, negro pijudo!El negro la había tomado de los dos muslos y la levantaba un poco para que la concha le quedara más arriba y la penetración se hiciera más cómoda. Se agitaba con ritmo dentro de mi novia, todavía lentamente. Mandaba su culo hacia adelante, empujando y metiendo verga dentro de ella, que suspiraba. Luego el culo del negro iba para atrás, y los piecitos de Male se relajaban un segundo, para de inmediato volver a sentir la verga del negro penetrarla hasta el fondo.—Te ruego me perdones, Male, te lo ruego por los hijos que vamos a tener… ¡Que no te cojan más, por favor…!Otra vez giré para ver el pijón del negro entrar centímetro a centímetro dentro de mi novia.—Así no, pelotudo. ¡En lo único que estás pensando es en vos!El negro detuvo el bombeo y le dio una palmadita a los muslos de su víctima. Malena giró y quedó arrodillada sobre la cama, con el culo hacia afuera. El negro le entró verga y la sacó embadurnada de jugos, y con eso pinceló la raya y humectó el ano.Yo seguía arrodillado en el piso, con los codos sobre la cama y las manos juntas. Trataba de cerrar los ojos o mirar al techo, pero se complicaba con el negro moviéndose al lado, casi pegado a mí, o escuchando los jadeos de mi novia. Vi de golpe un movimiento en la cama, y el portero y otro más se arrodillaron frente a Malena, esgrimiendo sus pijas.Apreté los dientes y volví a suplicar.—Male, te ruego por lo que más quieras, te lo ...
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