El ginecólogo
Fecha: 06/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... por su mirada, pues me observaba con un interés mucho más sexualmente abierto que el que había empleado nunca y además, por el bulto que se iba formando en su entrepierna. "Hombre, José, ¿qué quieres que te diga?. Cuando digo que soy promiscua, quiero decir exactamente eso, que soy promiscua, que practico sexo con otras personas que no son mi marido, además de realizar intercambios con mi marido y otras personas, hablando claramente que follo con quien me apetece en cada momento, ¿te queda claro" "Si, si, muy claro. Yo conozco a amigos míos que se dedican a los intercambios de pareja, si quieres te os presento" "No, José, no hace falta, mi marido y yo tenemos un grupo de matrimonios que somos amigos y entre nosotros practicamos el intercambio, lo que es más difícil y lo que nos apetece más ahora es probar a hacer tríos, lo que pasa es que encontrar un hombre, para ello, es más complicado que encontrar matrimonios, pues el tener una amistad es más difícil y plantearle un trío a un amigo que no sabes cómo va a reaccionar, es más problemático". Yo esperaba que al decirle lo anterior se diera por enterado y tuviera alguna reacción, lo que sucedió. "Bueno, mira pasa a la sala y vete desnudando para que te reconozca, mientras me lavo las manos" Pasé a la sala como me había indicado, me quité la falda y las braguitas que llevaba, dejándome únicamente la camiseta, y me tumbé en la camilla. Cuando entró, se dirigió a la camilla, sin sentarse, como otras veces y de pie delante mío, ...
... me agarró las manos y me incorporó hasta dejarme sentada en la camilla, diciéndome: "Desnúdate del todo" Sin decir nada, me quité la camiseta, a lo que él me ayudo, cuando estuve completamente desnuda, me abrazó y al oído me dijo: "Quieres que sea yo con el que hagamos un trío con tu marido" "Pues si José, si me apetecería contigo, pues te conozco hace muchos años y, la verdad es que cómo me has visto tú no me ha visto nadie más" Por fin mi estratagema había dado resultado. Me terminó de incorporar y ya de pie los dos me apretó contra si, besándome en la boca, recorriendo con su lengua todo mi paladar y mi lengua, yo sentía la dureza de su polla a través del pantalón y sus manos recorrerme los pechos y las nalgas mientras la dureza de su polla se apretaba más y más contra mi. Mi vagina empezó a segregar abundantes jugos y empecé a sentir unas deseos locos de que me penetrase allí mismo sin esperar más, el riesgo de que entrara la enfermera y nos viera en plena follada me producía un morbo tremendo. Mientras seguía tocándome las nalgas y el pecho, le empecé a desabrochar la bragueta y cuando le hube sacado su polla de la prisión que la retenía, le dije que se desnudara mientras me agachaba y me metí su tiesa polla en la boca, subiendo y bajando con mi boca por todo su recorrido y apretando entre el paladar y la lengua su capullo que a esas alturas estaba rojo de sangre y duro como el diamante. Mientras yo se la mamaba, él se empezó a desnudar, quitándose la chaqueta blanca, de ...