A mi mujer la gozó un Joyero guapísimo
Fecha: 01/09/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
A mi mujer la gozó un Joyero guapísimo Esto me pasó sin quererlo y fue una sorpresa que me dejó pasmado y sin saber qué hacer, porque la verdad es que fue algo fuera de lo común. Con mi esposa Angelica hacíamos el amor todas las noches y nos imaginábamos tantas cosas para hacer la relación sexual menos monótona, pero tanto ella llegó a imaginarlo y a desearlo que fuera real que al fin pasó. Cuando hacíamos el amor, debo confesar que ella me pedía más, a pesar que yo había sido su único hombre, ella tenía ideas de miembros varoniles mucho más grandes y yo tuve la culpa, porque en la cama cuando estaba más excitada, yo le decía: imagínate que es una verga de 20 centímetros de largo y tan gruesa que te entra a la fuerza y cosas así para hacerla sentir mejor y más arrecha. Siempre me ha gustado verla excitadísima. Un día Angelica me dice, oye, hace unas dos horas llamaron a la puerta y era un señor que vende joyas de oro y plata y las da a crédito, me gustaría que me sacaras un collar lindísimo y es barato y si es a plazos, mejor. Para verla contenta acepté. El señor volvió en la tarde y se hizo el trato. El quedó en venir todos los días a cobrar el mínimo. Yo me quedé pensativo porque este señor miraba mucho a mi mujer y ella se reía por todo, es decir, que le estaba coqueteando. La verdad sea dicha, este hombre era un trigueño alto, de buen cuerpo y de rostro como dicen las mujeres, guapísimo. Por la noche nos tomamos unos tragos y mi mujer Angelica quiso fantasear como otras ...
... noches. Me dijo que si la dejaba imaginarse algo nuevo pero no me lo iba a decir. Así fue la cosa y esa noche estuvo maravillosa y más arrecha que las otras noches, pero empezó a pedirme que se lo meta más y mis 15 centímetros estaban todos adentro de su sexo. Se levantó insatisfecha como pocas veces y me dijo que un día de estos le comprara un consolador de 20 centímetros por lo menos. Me enojé con razón diciéndole que que le pasaba ahora si antes no pedía tanto. Respondió que si le gustaba mi verga pero que no podía terminar como quería, que le hacía falta algo más grande. A los pocos días me dijo que el joyero le había traído más joyas para que las viera, yo no acepté y ahí quedó la cosa. El sábado siguiente al salir de mi turno a las 4 de la tarde, encontré al joyero en la sala mostrando un paquete de joyas en una franela, pero lo que me sorprendió fue encontrar a mi mujer en una ropa poco común para recibir visitas. Tenía puesto una blusa roja semi-transparente ajustada que le cubría solamente hasta más abajito de los senos, y sin brasier, notándosele con toda claridad sus pezones marroncitos que tanto me gustan y una minifalda negra tipo licra que se le pegaba al cuerpo. Y el colmo de los colmos, al levantarse a recibirme pude verle hasta la tanguita rosadita que llevaba puesto. La verdad es que cada que la veo con esa ropa se me daña la mente. Al decirle que fuéramos un momento al cuarto, se dio la vuelta y casi me caigo de la sorpresa. Se le notaba con toda claridad la ...