1. Mi primo


    Fecha: 08/01/2018, Categorías: Gays Autor: MrF, Fuente: SexoSinTabues

    ... aunque él sólo tuviera 18 años. Después de un rato me volteé dándole la espalda a él. Él debió comprender lo que yo quería por lo que comenzó a restregarme la verga en el ano. - Hazlo despacio- Le dije en un susurro. Yo temblaba por la emoción y el miedo. Él se dio cuenta y me dijo muy cariñosamente entre susurros en el oído: - Por supuesto, así es como debe ser, despacio. Comencé a sentir que su verga hacía presión en mi delicado ano. Cuando comenzó a entrar lo hizo muy lentamente, centímetro a centímetro, era muy doloroso. Tardó un par de minutos hasta que sentí que la tenía toda muy adentro en mi interior. Su hermosa verga muy dura y suave estaba totalmente dentro de mí, podía sentir su vello púbico y sus testículo muy pegados a mi trasero aunque sentía un poco de dolor. Estuvimos así unos 5 minutos, ambos disfrutando cada hermoso segundo. Luego él comenzó a sacarla muy lentamente. Al hacer eso podía sentir en mis entrañas cada centímetro de su rico y hermoso trozo de carne. Cuando sólo la cabeza quedó adentro volvió a meterla, de nuevo muy lentamente, cada vez que volvía a entrar sentía dolor combinado con un placer extraño. Siguió con el lento mete y saca por unos 5 minutos, con cada arremetida sentía una ola de calor inundando mi interior. Con mi mano comencé a acariciar su cadera, era muy suave y caliente, bajé mi mano por su suave y velludo vientre hasta que llegué a la base de su verga para sentir cómo se perdía completamente en mi interior, luego acaricié un ...
    ... rato sus testículos. Después comenzó a acelerar sus penetraciones, lastimándome un poco, pero luego el dolor se transformó en puro placer y ambos comenzamos a gozar perdida y salvajemente. Comencé a masturbarme sintiendo cada arremetida. Él me sujetaba de la cintura y trabó sus piernas con las mías, para así poder impulsarse más hacía mí y poder penetrarme más fuerte. Nuestras respiraciones se escuchaban muy fuerte en medio de la oscuridad y el silencio de la noche. Decidí que era hora de correrme, pues ya habíamos estado cojiendo por al rededor de media hora. Me dejé llevar y mi leche comenzó a brotar a borbotones manchando mi mano y la cobija. Él debió sentir mis contracciones anales porque comenzó a rugir como un animal y haciendo un extraño movimiento de su cadera de tal forma que su verga se restregara en forma de círculos muy lentos dentro de mis entrañas comenzó a correrse, sentí al rededor de 8 descargas, su verga palpitaba con violencia mientras se mecía dentro de mí inundándome de leche por dentro. Después de disfrutar unos minutos más, yo empalado y él dentro de mí, su verga comenzó a perder fuerza, hasta que finalmente salió. Hice presión para que sus deliciosos jugos no se salieran y me paré para ir al baño, giré mi cabeza antes de salir de la habitación, él estaba ahí, en su cama, totalmente desnudo y con los brazos detrás de su cabeza con lo ojos cerrados, respirando profundamente, agotado como un león somnoliento. Llegué al oscuro baño y encendí la luz que me ...