Diego y su amiga trans.7 - Relatos Eróticos

Diego y su amiga trans.7

... y manos contra el tronco del árbol saco la cola para atrás y abrió bien las piernas, qué se descargue en su orto. El la apretó por las caderas y tratando de traspasarla con un alarido comenzó a acabar de vuelta. Ella no quiso acabar pudo controlarse. Lo hizo arrodillar a Diego qué estaba exhausto y por demás de agitado y le cogió nuevamente la boca ahí sí comenzó a soltarle la leche en la cara y en la boca. Exprimido todo lo que pudo su poronga luego se arrodillo y con su lengua sacó los restos de leche que le quedaba en el rostro a Diego. Cuando se estaba por tirar nuevamente en el piso, ella vio la pileta y se zambulló, el la admiraba de lejos, veía como ella disfrutaba de la pileta y del agua, luego le hacía gestos que la acompañara, bella como le explotaba esos dos semejantes pechos, igualmente no eran muy grandes pero eran hermosos. Se metió dentro de la pileta y fue directo a besarla. El agua sirvió para sacar todos los restos de cerveza y leche que tenían en el cuerpo, no paraban de besarse, luego él se apoyó contra el borde de la pileta y abrazándola de atrás a ella que afirmaba nuevamente su hija en el precioso orto. Ella con un pequeño movimiento de la cabeza tratando de mirarlo, en tono gracioso le pregunto qué le pasa a mi movido que se está haciendo macho de golpe porque cha estaba sintiendo que se le empezaba a poner boba la pija a Diego. Los dos soltaron unas carcajadas. A lo que Diego le contesto risueña mente  por más puto que yo sea y por más linda poronga ...

... que vos tengas, ese orto hay que cogerlo!!! Jajajaja. Por más que hubieran cogido ya un montón querían seguir cogiendo y tomando cerveza. Ella se dio vuelta lo beso en la boca salió de la pileta y facial heladera. Trajo dos cervezas más, y una de las cosas que más le gustaba a Diego era verla caminar de lejos hacia el. Admiraba tu hermosa qué es Erika su excultural cuerpo y le encantaba ver cómo ese péndulo iba de un lado al otro. Él salió de la pileta Y ambos se sentaron en unas reposeras. Diego todavía no quería decirle que se había separado y que iba a vivir permanentemente en esa quinta, charlaban de cualquier cosa, esa le preguntaba de quién era ese lugar y él le contestaba que era un amigo. Siempre tuve la fantasía de coger al aire libre, de esta forma en los pastos contra los árboles también con una pileta. Viste mi vida yo te cumplo tus sueños, decía Diego mientras bebía cerveza. Estamos hasta las bolas le decía Erika entorno risueño haciendo alusión a la borrachera que tenían tanta cerveza que había tomado. Ella le preguntaba como tenía tanta libertad, a lo que Diego le contestó que su mujer y los chicos bien ídolo de su suegra. Trato de cortar rápido la conversación para no mentirle más. Vamos a estar todo el día hasta cuando vos te quieras volver. A lo que ella le respondió si fuese por mí no nos volveremos más no quedamos acá los dos solos, y le sigo la conversación preguntándole vivirías conmigo, los dos solos?? Y ella le contestó que sí, pero tendríamos que tener ...