papi me hizo su putita - Relatos Eróticos

papi me hizo su putita

... succionando el pene de mi papi. Por la posición que se encontraban les era imposible verme así que me dio curiosidad y me quede un rato observando. Parecía que ella sabía muy bien lo que hacía. El pene de mi papi me parecía inmenso pero aún así ella lo manejaba de tal manera que le cabía todo en la boca. Cuando mi papá tuvo su orgasmo soltó toda su leche encima de las tetas y cara de la chica. Después desaparecieron y se fueron a su cuarto. Esa noche pase más de una hora escuchándolos gemir a través de la puerta del cuarto de mi papá. Por los sonidos y lo que decía la chica mi papá debe ser muy bueno en la cama… Ya se imaginarán como regrese a mi cuarto. Tenía la conchita ardiendo. Ya tenía tiempo masturbándome pero nunca había llegado a más en mi vida sexual. Ya con mis amigas varias veces había visto películas porno por Internet así que sabía lo que era y como era coger. Una tras una mis amigas han ido perdiendo la virginidad pero yo aún no lo hago. Así como a mi padre le gusta traer putas a la casa y follarlas, también tiene reglas que son muy estrictas para mi. Por ejemplo, siempre se asegura de que yo nunca rompa el toque de queda que implantó y seguido se la pasa espantándome a mis pretendientes haciéndoles pasar toda clase de pruebas que son más que exageradas. Un día regresando de las clases que daba en la escuela, me encontré a papi en la cocina con dos de sus socios bebiendo unas cervezas. Yo todavía llevaba puesto mi uniforme de baile el cual consiste en un short ...

... de lycra y un top bastante ajustado. Bese a mi papi en la mejilla de la manera que siempre lo hago y salude a los otros dos hombres mientras de reojo pude ver sus ojos recorriendo cada parte de mi cuerpo lentamente. El short de lycra mostraba la mayor parte de mis piernas y al darme la vuelta podían ver todo mi culo, de la parte de arriba el top no ayudaba mucho ya que al estar bastante ajustado a mi cuerpo no dejaba mucho a la imaginación y más cuando mis tetas eran copa C. Papá también pudo ver a donde se dirigía la mirada de sus socios y antes de indicarme que me fuera a hacer tarea los distrajo ofreciéndoles otra cerveza. Estaba a punto de decirle que era viernes y que no tenía tarea pero una mirada de mi padre me hizo irme directamente a mi habitación. Me senté por un rato en la cama, poco después me puse después y mientras seguía pensando en lo que había sucedido me cambiaba de ropa. Realmente me encantaba la manera en que los hombres me veían cuando usaba mi uniforme de la escuela o de baile. Me hacía sentir deseada. La vida me era un poco injusta. Papá se podía coger a cuanta zorra se le atravesara y yo a mis 18 años aún era virgen. Estaba harta de ello, quería dejar de serlo cuanto antes. Estaba caliente y quería un pene para mí también. Cuando sus socios al fin se fueron, escuche a mi papá acercándose a mi habitación. -Andrea. –dijo al abrir la puerta de mi habitación.- No quiero que vuelvas a andar vestida así cuando no estas en la escuela entendiste? -papá, acababa ...