1. Ana y el ascenso prometido


    Fecha: 11/01/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Ana y el ascenso prometidoHabíamos llegado a casa luego de la fiesta de Fin de Año de la empresa donde trabajaba Ana. Su jefe nos había acompañado. Le había prometido a mi esposa un buen ascenso dentro de la compañía, pero, por supuesto, eso tendría un costo que Ana estaba dispuesta a aceptar.Por eso ahora Ana estaba de pie y recostada ligeramente contra el gran sillón en la mitad de la sala. Su jefe, arrodillado, tenía hundida su cabeza bajo el corto vestido de ella, mientras que sus manos recorrían de arriba a abajo las piernas de Anita y deslizaban la fina tanga negra de seda.Mientras yo preparaba unas bebidas en la cocina y miraba de reojo cómo se movía la cabeza del hombre bajo la falda; parecía que su lengua se había enredado dentro de la dulce conchita de mi delicada mujercita.Seguramente estaría comiéndole el clítoris y lamiendo sus dulces labios vaginales.El jefe repentinamente se detuvo, se puso de pie y se abrió el cinturón, bajándose los pantalones. Enseguida pude ver su verga ya erecta, dispuesta a penetrar la delicada concha de mi esposa.El hombre flexionó un poco sus rodillas agachando su cuerpo, mientras que con una de sus manos tomaba su verga, con la otra subía un poco la falda y abría las nalgas de Ana, buscando penetrar sus labios vaginales.Su verga se deslizó dentro de mi esposa muy fácilmente. Ninguno de los dos dijo nada. Ana seguía con los ojos cerrados y apenas gemía suavemente con las embestidas de su jefe. Él expresaba su placer con algunos ...
    ... roncos bufidos, mientras se hundía cada vez más adentro de ella.Entendí que ahora debía esperar a que esa pesadilla terminara, así que decidí dejarlos solos y subir a nuestro dormitorio. Mientras subía las escaleras, vi a Ana abrir sus ojos furtivamente y volverlos a cerrar al darse cuenta que yo me retiraba.La cara de mi esposa, a pesar de que se sentía incomoda en la situación de tener a su jefe cogiéndola por detrás, reflejaba cierto placer de sentir su verga entrar y salir de su delicada concha. Era algo inocultable…Les volví la espalda y seguí escaleras arriba. Los minutos se hacían eternos. Cada tanto escuchaba los gruñidos del tipo, cada vez que se derramaba dentro de Ana. Era algo poco soportable.Luego de la quinta o sexta acabada del jefe, decidí regresar a verlos.Mi mujer se veía hermosa, ahora estaba completamente desnuda, su ropa desgarrada estaba tirada por toda la sala mostrando que su jefe se la había arrancado del cuerpo a manotazos.Habían pasado ya casi dos horas desde que habían empezado a coger.Ahora él, tomándola por los cabellos con una mano y con la otra acariciando su clítoris por debajo, comenzaba a darle más ritmo a sus tremendas embestidas, como si estuviera a punto de acabar otra vez.En efecto, bastaron sólo unos segundos para que el hombre gruñera y gritara de la misma forma y con la misma energía como lo había hecho en las dos horas pasadas. Su cuerpo se sacudió mientras que mi dulce mujercita recibía nuevamente una nueva carga de semen dentro de su ...
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