Mi diosa
Fecha: 11/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Xeda, Fuente: SexoSinTabues
A veces, la más callada y tímida puede ser la mejor amante Habían pasado estos 4 años a una velocidad absurda. Me acuerdo del primer día como si lo hubiese vivido esta misma mañana; todos eramos nuevos, pocos se conocían entre ellos, nuevos profesores, asignaturas. Una forma diferente de ver las clases, viniendo del instituto y adentrándome en el difícil y estresante mundo de la universidad. Todos teníamos una buena relación, hablábamos, reíamos, bromeábamos y quedábamos para tomar cervezas o simplemente para pasar las tardes. La verdad es que estos 4 años de universidad han ido bastante bien en cuanto a compañeros se refiere. Pero siempre hay alguien al que los demás dejan de lado, ya sea porque no les cae bien, porque esa persona sea muy cortada y no hable con nadie o simplemente porque ninguna de las dos partes quieran relacionarse. Era el ultimo día de clase y habíamos quedado tanto profesores como alumnos para despedirnos. Haríamos una cena, nos iríamos a discotecas y pubs y que pase lo que tenga que pasar. El caso es que la mayoría de los demás irían acompañados con sus respectivos novios o novias. Yo por desgracia no tenia novia. Siempre he sido de ir de flor en flor, probando los distintos placeres de la vida, no me gustaba atarme a nadie (atarme, tiene gracia ahora que lo pienso, el lector me entenderá cuando siga leyendo). Quería ir con alguien, alguna compañera de clase o alguna amiga de fuera de la universidad, pero ir con alguien, la noche iba a ser larga, y con ...
... alcohol de por medio, lo mas difícil es no pillar cacho al final de la día. No se por que lo hice, no lo pensé, no me lo planteé, no se me hubiera pasado nunca por la cabeza, pero antes de darme cuenta estaba con el teléfono en la oreja esperando a que Marta me respondiera la llamada. Marta, la solitaria de clase, a la que todo el mundo "rechaza", con la que había intercambiado unas cuantas palabras contadas en un par de ocasiones. Su voz angelical, dulce, suave y de no haber roto nunca un plato me contestó. Quedamos en silencio unos segundos, los más largos de mi vida, hasta que al final le propuse que viniera conmigo a la cena y ella rapidísimo aceptó. ¿Le gustaba o simplemente quería relacionarse con alguien? A día de hoy me lo sigo pensando. Llegaron las 8 de la tarde y la esperaba en la puerta de su casa. Vivía sola en un chalet, era una casa grande para una sola persona. Apareció puntual. Nunca la había visto como entonces. Por primera vez la vi con su cabello pelirrojo natural completamente suelto, liso y muy brillante. Sus ojos azul cielo resaltaban mas que nunca gracias al maquillaje de la linea negra de ojos que se había puesto. Era lo único que se había maquillado, no hacia falta que esa cara tan perfecta, tan de otro mundo, tan bella, se emperifollara de potingues y coloretes o brillitos que se echan algunas mujeres. Llevaba una camisa blanca algo transparente, aunque no mucho, se dejaba apreciar algo el sujetador negro con encajes blancos que sujetaban sus firmes ...