El otro lado de la puerta
Fecha: 14/01/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hola, prometí no contar esta historia, pero es algo que me dejó muy impactada y creo que todas y todos deberíamos conocer. Una amiga estaba de licencia por maternidad, y tenía algunos problemas por lo que le recomendaron mucho reposo, así que la fui a ver para pasar el rato. Chica normal, de familia, marido, dos hijas. El marido trabajando, la primera hija en casa de una amiguita, podíamos charlar de lo que viniera en gana. Por la tele pasaban la clásica noticia de la chica manoseada que había denunciado y al hombre le habían dado dos años de prisión y yo dije “¡Qué exagerada!, ¿A quién no le han tocado el traste alguna vez?”. Yo la conocía bien, y creí que estaría de acuerdo conmigo. Pero, para mi sorpresa, salió para el lado opuesto. Así que frené el tema ahí. Charla va, charla viene, volvimos al tema de cómo son los hombres, y ahí me confesó que su primera vez fue un desastre. Él la hizo doler. Ella le pedía que parara, pero él seguía conque “ya casi”, “nisiquiera te la estoy metiendo toda”, “un poco más”… hasta que todo acabó. A quién consultó, le dijo que la primera vez era así. Que siempre dolía. La segunda era mejor y así sucesivamente. Ella no quiso saber más nada con él y siguió con su vida. Pero, el tiempo pasaba y pasaba, y nunca lograba el orgasmo. Probó todo. Posiciones, cremas, técnicas. Consultó con la doctora y le recomendó probar distintos tipos de vibradores, ejercicios vaginales. Nada. Le dijeron que era una de las cada nosecuantas mujeres que era ...
... anorgásmica. El defecto estaba en ella y, que va ser, la vida sigue, así que se consiguió un buen chico que la comprendía y no le importaba demasiado, se resignó y se casó. Ahí le pregunté… “Pero… entonces… ¿nunca has tenido un orgasmo?”. Ella se abrazó la panza, me miró y me dijo: “Ella fue el primero”. Asombradísima, le pedí que por favor me contara esa historia. Me dijo que lo hacía por ser amigas y contárselo a alguien. Pero que nunca debía decir nada a nadie. Habiendo aceptado, la historia comenzó. Ella acababa de casarse y, lo último que le faltaba probar, era tener un desliz. En el ámbito del marido había un chico con buen cuerpo y una entrepierna más que interesante, así que lo escogió para su último “experimento”. Habiéndole confesado sus ratoneos con él y llevádolo a un lugar tranquilo, le pidió su despedida de soltera, comenzó a desnudar y acariciar. En su experiencia, al hacer eso a los cinco segundos tenías al tipo encima dando todo de sí. Pero él no avanzaba, a pesar que la tenía como palo de amasar. Estaba realmente inhibido lo que ella era una mujer casada y al marido lo conocía muy bien. Así que comenzó a insistir un poco. Se abrió el pantalón, debajo del cual no tenía nada para clarificar sus intenciones, y le mostró su vagina. Le preguntó si le gustaba. Se puso a frotar. Luego le preguntó si quería probar de penetrarla. “Solo un ratito”. Le puso un preservativo y comenzó a sentarse sobre él. Él se dejaba empujar, pero no la empujaba a ella. De a poco y por exclusiva ...