La pequeña diosa del sexo 4
Fecha: 13/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: leo.leoncio, Fuente: SexoSinTabues
... sensación de vulnerabilidad. Me la quería follar, si,… pero también la quería proteger. Hilda se incorporó y me dio un largo beso romántico, junto con una bella sonrisa en el que sus ojitos también me sonreían. Se sentó sobre mí, muy recta, con sus manos se hizo un tomate en el pelo y las mantuvo detrás de su nuca. El celular cambió de canción, sonando un viejo tema tecno de los 90s. Hilda comenzó a moverse junto con el ritmo frenético de aquella canción. Primero se movía de adelante hacia atrás, mordiéndose los labios por el placer, después apoyó sus manos sobre mi pecho y empezó a bombearme y cabalgarme como sólo ella sabe. Púm, púm, púm, púm, golpeaba el tambor del tecno y así me golpeaba el culo sobre los testículos. La carita de Hilda estaba rojísima, de su frente y de su pelo resbalaban gotas de sudor, de su garganta salían fuertes gemidos roncos, pujidos y risitas, la cama entera rebotaba con sus movimientos y aquello hizo que mi novia despertara. Púm, púm, púm, púm … un intenso placer se sucedía en interminables oleadas que electrificaban la columna y me estallaban en la nuca a cada segundo, siendo un acto heroico el no correrme de inmediato. Veía en el rostro de Hilda que, al igual que yo, contenía su orgasmo intentando prolongar todo lo posible esos momentos de placer … pero era muy difícil … sus ojitos ya estaban blancos, la presión del semen en mis huevos era demasiado … púm, púm, púm mis manos se engarfiaron sus nalgas gordas y firmes, las abrieron y uno de mis ...
... dedos se metió en su ano, presionando hacia abajo, rozando mi cipote a través de ella. Eso fue demasiado para ambos. Púm, púm, púm, púm lancé un chorro de semen líquido dentro de ella, ella lanzó un ronco grito de placer, sus caderas perdieron coordinación y fuerza, la galopada perdió velocidad mientras ella gemía, sollozaba y reía al mismo tiempo. Yo sólo me corría una y otra vez, mi semen salió desde ella y bajó formando un charco entre nuestros muslos. Ella esperó a que mi leche bajara y volvió a cabalgarme, chapoteando en mi semen y sus jugos vaginales hasta que su cuerpo exhausto, le dijo ya no más. Se desplomó sobre mí y se quedó dormida en el acto. Camila, que nos estuvo observando todo ese rato, esperó a que yo recobrara el aliento para hablarme. _”Esa niña está enamorada de ti”, me dijo. Yo no supe que contestar, en mi interior, mi corazón estallaba de alegría de sólo imaginarlo. _”No lo creo, es una prostituta infantil … debe tener clientes mas jóvenes y bellos que yo …”, me excusé. _”Sí, … es una putita,… tiene sólo 10 hace el sexo como ninguna que yo haya conocido … Dios, tiene sólo 10 años e hizo que me desmayara …¿qué haremos ahora?, ¿ que pasará entre nosotros?. nos revolcamos con una niñita y lo gozamos como nunca… Dios, eso no es normal … somos … enfermos … nunca te ví gozar así conmigo … me supera … no puedo competir contra ella”, divagaba Camila. _”¿Qué me quieres decir?, le pregunté para aclarar las cosas. _”Digo que esto no está bien,… nada de bien … debo ...