1. El niño inmigrante. jaja


    Fecha: 21/01/2018, Categorías: Gays Autor: leeyoungjee, Fuente: SexoSinTabues

    ... grande que la mía que para entonces ya media 17 cms y por un chico cubano que me trataba como puta en la cama y me gritaba lo mucho que le gustaba mi ano con su acento y un vocerron delicioso. Total que yo solo le contaba a mi primo acerca de las morras, no quería que se hiciera malas ideas acerca de mi y menos aun que me retirara la palabra, en esos tres años nunca fuimos por navidades a casa de la abuela como mis padres habían prometido y menos por las olas de violencia que la verdad acá anunciaban como un desastre de proporciones nacionales, les mandábamos regalos a la familia y muy seguido cotorreábamos con ellos, con Roberto nos seguíamos mensajeando a diario y fui enterándome de su nueva pasión por nadar y ganar tiempos buenos, la fotos en las que aparecía con speedo sonriendo y con ese cuerpo que a pesar de que se lo depilaba cada semana conservaba el aire de macho velludo y salvaje me calentaba demasiado, sus pectorales estaban marcados, sus pezones eran rosados y duros, su estómago plano y con unos cuantos vellitos rebeldes, sus ojos clavados en la imagen y esa maña suya que al parecer nunca dejo de acomodarse el pene lo más notorio posible, era la muerte, varias veces mientras mis sementales me bombeaban se me escapaba el nombre susurrado de Roberto, en mis búsquedas de porno gay ver las vergas de los latinoamericanos parecidas a las nuestras era alimentar mas mis deseos y muchas veces termine metiéndome lo más profundo que podía los dedos o zanahorias empapadas ...
    ... en vaselina, al echarme una cañita al aire mientras montaba una hembra me imaginaba como seria su retaguardia sin speedo, esponjosa y velluda y explotaba en menos tiempo. En mis visitas al mall o las outlets de la ciudad empecé a notar los speedos con diseños llamativos y los maniquís que orgullosos modelaban los cortes que mejor estilizan la figura de los nadadores, en una ocasión sin proponérmelo termine acariciando las texturas de la tela sobre los duros bultos de plástico de los maniquís he imaginándome manoseando de igual manera a Robertito, trajes de baño, gorras de nadador, googles y camisetas de playa captaron del todo mi atención, a mi mente llegaban como pedradas lejanas las imágenes de mi primo usando todo eso de la manera más viril y sexy posible, rasurado, velludo o a medio rasurar de todos los modos me encantaba lo que imaginaba, el bulto se me endureció como piedra, sentía el ano húmedo por el sudor nervioso que salía de mi cuerpo y percibí esa leve vibración que tanto me gustaba al estar excitado y después de unos cuantos minutos empezaba a sentir en mi truza las babas de mi verga. No pude irme, simplemente no pude hacerlo y comencé a recorrer los amplios pasillos de las tiendas, compre tres trajes de baño que eran los que mejor se verían sobre el cuerpo de mi macho: azul, naranja y rojo como sus colores favoritos, un reloj de cuero muy parecido a uno que el en una ocasión había chuleado de una revista y Salí contagiado de una alegría tan infantil e irracional ...
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