1. Jenny


    Fecha: 22/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... fresco con jamón y queso. ¿Qué deseas tomar?" Me preguntó. " Beber tus jugos... pero por ahora con una soda basta" Le respondí sonriendo. Ella se da vuelta para mirarme con una sonrisa. Por costumbre yo no uso calzoncillos la mayor parte del tiempo, pues me gusta sentirme totalmente libre. Al notar el bulto que se extendía en la parte izquierda de mis pantalones lo acarició otra vez levemente y me dice: "Se notan tus deseos, pero prefiero esperar a que tengas más tiempo para que me la mames sin prisa y derramarme toda en tus labios"dijo acercándose y apretándose a mí. Ella se moja enormemente cuando la acaricio y la beso entre sus hermosos muslos. La enloquece el placer de verme entre sus piernas haciéndole el amor oral. Con mi mano derecha le alcé la camisa y jugué con su peluda crica. Encontré sus húmedos labios y le metí el dedo suavemente. Luego otro y separó sus piernas levemente para darme mejor acceso. Mis dedos y mi mano se mojaron rápidamente. Se dio la vuelta recostando sus nalgas en mi erección a la misma vez que acariciaba mi dureza con su mano izquierda, su mano derecha alzada hacia atrás acariciaba mi nuca. Sus nalgas ondulaban culeándome los dos dedos. Mi mano izquierda acariciaba su duro pezón y gemía suavemente. "Papi, me tienes loca y toda mojada... si sigues tendrás que hacerme el amor..." me dijo. La besé y alejé mi mano de su encharcada chocha. Me la llevé a la nariz para olerla cuando nos separamos del beso y me pregunta poniéndose de frente a mí: ...
    ... "¿Te gusta mi aroma íntimo?" "Sí, me gusta mucho" Mientras aspiraba profundamente. Chupé uno de los dedos y ella tomó mi mano y me frotó el otro dedo en la mejilla y la parte superior de mis labios justo bajo la nariz. En mi pantalón se notaba una diminuta mancha de mi lubricación la cual ella notó y me dice: "MMMMMM... tú también estás mojado" "¿Qué crees que soy de madera?" le dije. "Sí, como madera que se le escapa la resina" y echó a reír mientras se separaba y procedía a preparar un café para ambos. Me resigné un poco y procedí a comer despacio mientras hablábamos de otras cosas menos eróticas. Al cabo de media hora decidí que era hora de regresar. Seguíamos la charla y me dirigí al baño de invitados a mear. Ella me siguió y yo dejé la puerta abierta. Esto no era nada extraño, pues no teníamos ningún pudor cuando ella muchas veces se sentaba a mear frente a mí. Ella sabía que me excitaba mucho oír el alborotoso ruido de sus orines cuando caían en el agua de la bacineta. Esta vez ella deja de hablar y se queda callada por unos segundos. Se acerca a mi lado y toma mi entumecido pene con su mano derecha para dirigir el chorro. Esto provocó más endurecimiento en mí y casi me hace parar el chorro. Casi al terminar, se arrodilló a mi lado sin soltar mi creciente erección. "Me encanta verte meando y sé que lo sacudes al final. Tenía muchos deseos de hacer esto contigo y ahora no te me escapas" dijo con voz llena de lujuria. Cuando ya el chorro se estaba reduciendo a un gotereo, ...
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