UNIVERSITARIO 8
Fecha: 14/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... polla. "¿Qué, a que esperas? Venga, pasa". Tenía una sonrisa en la cara digna del capullo que era, puesto que era consciente de la poca gracia que me hacía aquello. Vestía un polo verde, a juego con sus inseparables zapatillas, y un pantalón vaquero apretado que le marcaba el paquete. Su pelo rubio seguía larguillo y cuidado. No quería defraudar a mi amo, así que le seguí y entré. La casa estaba muy ordenada, limpia y decorada con muebles modernos. Parecía una casa familiar, así que supuse que aprovechaba que sus padres estaban fuera para traerse la diversión a casa. "Aquí será mucho más limpio que en el baño y podré usarte de manera más cómoda", me dijo feliz. Llegó al salón, se tumbó en el sofá y puso los pies sobre la mesa de cristal, sus pies enfundados en esas zapas verdes de marca, como si no tuviese otro calzado. "Ahora vas a ser una buena puta y me vas a limpiar los zapatos con la lengua". La cara de odia que le lanzaba no me la iba a quitar tan facilmente. Casi hubiese preferido un viejo gordo que este idiota que tendría que soportar cada día en clase. Le empecé a lamer la puntera de la bota y continué con la parte de arriba. "No te olvides de la suela, es lo que más sucio está". Efectivamente, estaban asquerosas. Intenté pasar la lengua sin rozar, pero el muy cabrón presionó su zapato contra mi cara para asegurarse de que no me salvaba. Una vez le había limpiado ambas, se las quitó con un movimiento de pies. "Va, huélelas. Sé que a las cerdas como tu eso os pone". ...
... Como vio que no estaba muy por la labor, se incorporó, cogió la zapatilla y me la clavó en la cara. El olor era apestoso, y confirmaba mis sospechas: no debía usar otros zapatos. Cuando me soltó la cabeza, tuve que coger una bocanada de aire limpio, puesto que mi cabeza ya se nublaba de la peste. Cuando me quise dar cuenta, Víctor ya se había desabrochado el cinturón y de la bragueta de su pantalón salía la monstruosa polla que tanto me asustaba. Cada vez que la miraba me parecía más grotesca y desproporcionado. Mientras que él era más bien flaquillo, su pene crecía en todo su ancho, con una cabeza gorda y morada. "Va, que la echabas de menos". Me acerqué gateando y me la metí en la boca, o al menos lo intenté. Al igual que sus zapatos, la polla también le apestaba con un olor fuerte que se metía bien dentro. "Joder, no me gusta darle la razón a los demás pero. Pablo no se equivoca, eres una buena puta que chupa de puta madre". Los cumplidos no ayudaban, pero quise esmerarme en dejarla bien lubricada si no quería dolerme lo que venía más tarde. "Vamos, se acabó chupar, quiero ver si te cabe en el coño". Estaba asustado, pero cuanto antes acabase esto mejor. Me puse a cuatro patas en el sofá, arqueé la espalda todo lo que pude y me preparé. Víctor colocó la punta de su polla en la entrada de mi culo y empezó a apretar. El dolor era insufrible. Con el único lubricante de mi saliva, la gorda polla de Víctor no podía entrar. Ni siquiera me había dilatado el culo antes de empezar, ...