en el campo, a orilla del rio cogimos - Relatos Eróticos

en el campo, a orilla del rio cogimos

... mirar, date vuelta si quieres quedarte aquí, me siento en la cama y le doy la espalda, sale se envuelve en la toalla y se acuesta, me dice ahora te toca a ti, me saco la ropa y me meto en el fuenton, escucho sin pajas hijo. Me avergüenza lo que dijo y la pija ya morcillona se muere de repente. Salgo y me envuelvo en la toalla, si te portas bien acuéstate. Ella comenta, siempre que pude luego de un baño me relajo acostándome en pelotas, es un gran alivio a las tensiones, dije a las tensiones y mira esa toalla, eres un caso imposible, de nuevo se me baja por el reto recibido. Hijo eres un chico ya grande, porque te caliento tanto, explícame. Mama, no te lo puedo explicar siento una atracción enfermiza contigo, pienso solo en ti creo que estoy enamorándome de ti. A la puta, eso es todo una declaración, hijo, no entiendes que es un amor imposible, que yo te quiero como hijo nada más. Bueno mama yo no te pido nada déjame amarte yo, tu si no quieres o no puedes no lo hagas pero no me prohíbas que yo lo sienta. No quiero, pero no dudes que puedo, todavía tengo menstruaciones y soy una mujer bien hembra, abandonada, frígida, acobardada por lo vivido, desencantada por el amor de los hombres, siempre me sentí usada para engendrar hijos, una maquina de producir, muchas veces me ilusióne enamorada y siempre salí dañada, sin machos dejaron de ocurrirme cosas que hacen que me desprecie a mí misma, lucho y vivo, hijo quiero vivir, me entiendes. Acaso crees que felicidad es coger, no ...

... imaginas lo feliz que me has hecho desde que nos encontramos, y no hemos cogido, comprendes hijo. Si. Te comprendo y tu también debes hacerlo conmigo. Si hijo yo te comprendo pero debo defender mi felicidad, si me entrego seguro comenzara a terminar. Crees acaso que cuando acabaste sobre mi culo la primera vez no sentí deseos, Que se repitieron con mas vehemencia la segunda noche, que viéndote en bolas o viendo tu leche correr con el agua del fuenton no tuve ganas. Crees que ahora no desearía quitarme esta puta toalla y me la metieras hasta los huevos. Pero si lo hago comenzara tu desencanto por esta vieja que vibra como una pendeja por falta de una buena pija, hago ademan de quitarme la toalla, ella alarga la mano y me toca la poronga y me dice no lo hagas, seria destrozar mi vida, si algún día me arrepiento de lo dicho yo te lo pediré, ahora hijo hazte una paja y serénate yo te miro y me hago la mía y ambos estaremos más tranquilos. Esa noche dormimos juntos ella en camisón y yo en calzoncillos, pero tal lo dicho las calenturas nos las calmábamos cada uno con su propia mano. Así paso un tiempo y comenzamos a construir el nuevo nido, yo cobre mi indemnización y un tiempo me dedique a la obra ella ayudaba con sus pasteles, y por fin ingreso a la estancia. Pusimos veinte palos a pique de madera dura hundidos casi dos metros, eran palos de seis metros, dos libres y dos para iniciar el primer piso, por el momento una habitación grande a la que luego dividiríamos parte en baño y parte ...