Sinvergüenzas sometidos (Cap. 2) - Relatos Eróticos

Sinvergüenzas sometidos (Cap. 2)

... ellos sin saber nada enseguida se les arrojaron, ella se olió algo turbio y todo lo que le habían dicho desde que ellas eran las ricas y que solo disfrutaban de su dinero ella lo había estado grabando todo. Los descarados respondieron ¿y eso qué?, ellas no lo saben y nos están esperando en el cuarto, ¿verdad? Su Alteza dijo si los están esperando pero como sus esclavos, además reduje a la mitad de los cuartos solo para ellas, en vez de 50 que eran originalmente, me han pagado 25 cuartos dobles solo para ellas, y pues ya que ustedes no traen ni un peso, si quieren estar en mi hotel, será usando los cuartos de los empleados del hotel, y esos cuartos son comunitarios. Los cuartos comunitarios son de 10 empleados por cada cuarto y solo ay 2 baños para el uso de ellos, uno de mujeres y el otro para hombres, y aunque ustedes solo son patanes les permitiré usarlos también. Los patanes dijeron que eso no era justo, que ellos venían con sus novias y deseaban estar en el cuarto de lujo con ellas. Su Alteza les dijo lo siguiente: Ya que como ustedes dijeron “ellas son las del dinero y nosotros no traemos un solo peso” ellas pagaron su alojamiento ¿ustedes cómo piensan pagar su alojamiento? Ha por cierto, les aviso que las chicas ya no son sus novias consecuencia de lo que ellas escucharon que yo les ...

... grabé, además me dijeron que si quieren regresar a Buenos Aires será nadando, ya que no piensan pagarles el pasaje; ellos una vez más dijeron “esto no es justo”. Su Alteza dijo: Pues si quieren pasar este tiempo en el hotel será a los pies de esas chicas y durmiendo en los cuartos comunitarios que por cierto apestan a pies, además se irán al hotel caminando con todo el equipaje. A los esclavos no les quedó otra opción que aceptar su nuevo destino y resignarse que podrían pasar el resto de su vida viviendo en Madrid y no en Buenos Aires con sus familias. Los patanes que ahora serían esclavos y considerando que no tenían un solo peso en la cartera no les quedó otro remedio más que aceptar su destino. Su Alteza llamó a las chicas al hotel para explicarles cómo sería la estancia de los nuevos esclavos, las chicas agradecieron la notificación. Apenas llegaron los obligaron a desempacar las maletas, acomodar su ropa para después desnudarse y empezar a besar los pies de las chicas, les aclararon que si deseaban estar en el hotel, permanecerían a sus pies todo el tiempo. Los chicos solo pudieron agachar la cabeza, obedecer y permanecer de rodillas o a cuatro patas atendiendo a sus dueñas, mismas que pudieron seguir como novias de no haber intentado aprovecharse de su dinero como los patanes que eran.