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Mi madrastra
Fecha: 02/02/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sobre su rostro, de modo que ella pudiera chupar mi conchita. Y lo hizo. Parecía experta, sentía como su lengua entraba y salía de mí interior y recorría mi clítoris y en ocasiones la entrada de mi ano. Empecé a moverme de arriba hacia abajo, no aguantaba más. Pegué más mi vagina contra su boca mientras me apretaba los pechos. Grité y dije malas palabras hasta que me vine. Mi madrastra se tomó hasta la última gota de mis jugos. Tenía que recompensarla después de este gran orgasmo. Bajé hacia su abertura y la chupe sin piedad. Metí hasta tres dedos dentro de ella, mientras no dejaba de lamer su clítoris. Sus movimientos aceleraban todo lo que hacía, movía su cintura en círculos o de arriba abajo. Gimió y vi como expulsaba con rapidez más fluidos y se movía con más velocidad. Aún sabiendo que ya había tenido un orgasmo seguí haciendo lo mío y tuvo otro más cinco minutos después. Sus piernas temblaban de placer y se acariciaba los pechos. Yo a esa altura volvía a estar mojada y necesitaba algo de nuevo. Ella lo sabía. Revisó en un cajón y sacó un consolador largo, de dos puntas. Lo chupamos como si fuese un pene y luego nos acostamos enfrentadas. Ella metió con facilidad mi parte dentro mío, ya que se deslizó sin problemas. Su mitad también entró rápido. Quedaba poco espacio, que se fue perdiendo a medida que comenzamos a movernos. Era tal la penetracion que lográbamos rozar nuestras vaginas al acercarnos y no sólo estábamos penetradas, sino que comenzamos a hacer una tijera, sin separarnos, sintiendo esa verga adentro nuestro. Perdí la cuenta de cuantos orgasmos alcanzamos con esa postura. Al terminar estabamos sudadas, temblando, respirando con agitación y las sábanas mojadas por todos nuestros fluidos. Nos bañamos juntas, donde hicimos un estupendo 69 debajo de la ducha. Ella prometió que lo íbamos a seguir haciendo, pero que la próxima vez íbamos a jugar con una verga de verdad...