Mi única vez en un sitio swinger
Fecha: 15/09/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: TitaLaPutita, Fuente: SexoSinTabues
A petición de unos “amigos” publico este relato, cuyo título lo explica todo. Para quien no haya leído mis vivencias y fantasías, les diré que en esa época yo tenía 29 años y era muy bella. Siempre he tenido las tetas grandes y las nalgas y piernas delgadas, aunque mi esposo y mis amantes dicen que así estaban hermosas. Hoy dicen lo mismo por cariño o por amor, pero la verdad es que mis chiches están muy colgadas y me crece la cintura, pero las nalgas y piernas están más flacas. Mis líneas de expresión hace cierto tiempo que aparecieron y se acentúan más cada día y sólo quedan algunos rasgos de la belleza que cautivó a muchos (y supe aprovechar muy bien). No me pinto el pelo, las canas se distribuyen parejo en mi pelo negro, tan brillante como otrora, cuando lo usaba muy largo. Las edades de los otros personajes son: Eduardo y Elvira con 35 años y José con 40. Una vez Eduardo, mi amante, me preguntó si alguna ocasión había ido a una reunión swinger. Más que saber mi respuesta, él quería ver cómo reaccionaba mi curiosidad y según se diera, proponerme ir a una. Todo se dio una tarde, después de pasear un poco por el parque de los viveros, en Coyoacán. Mi esposo se había ido a Tapachula por un par de semanas, a dar un curso intensivo que concluiría en viernes y regresaría en el vuelo matutino del sábado, así que habría muchos días para que la pasáramos juntos. Mi hermana cuidaría algunas tardes a los críos. —¿Quieres que comamos en algún lugar en especial? —me preguntó. —Sí, en ...
... tu casa, quiero aprovechar estar contigo todo el tiempo que pueda de esta y la otra semana, tal y cómo me gusta…—le contesté, dándole a entender que me la quería pasar encamada. —¿Sabes qué es una reunión swinger? —me preguntó cuando ya reposábamos la comida en la sala, desnudos, yo sentada en sus piernas y él acariciando mi pecho. —Creo que es una reunión donde van a swing, swing, todos contra todos —dije al tiempo que me balanceaba sobre sus piernas, restregando mis nalgas en el balanceo que hacía para acompañar mi canto. —Ja, ja, ja… Sí se va a eso, pero no es “todos contra todos”, eso es una orgía. —¿Si van a hacer el amor y no es de todos contra todos, ¿entonces qué es? —¿Te gustaría ir a una? —La verdad, no. No me gustaría que me cogiera alguien sin avisar, tampoco he hecho el amor con dos o más al mismo tiempo, sí en el mismo día, pero no lo otro… —¿Con más de dos el mismo día? —preguntó, celoso, pues Eduardo sabía que sólo me compartía con Saúl, mi esposo. —¡Ya vas a empezar con tus celos…! Yo dije “más de uno”… —bajándome de sus piernas. —No, dijiste “dos o más”. —Sí, eso dije, pero eso no quiere decir que lo haya hecho con más. Dejemos eso de lado, ¿por qué me invitas a una reunión swinger? ¿A cuántas has ido tú? —pregunté queriendo averiguar y que olvidara lo de “más de dos”, que sí lo hice algunas veces, y recordé al pene de Roberto, mi primer amante, mientras tomaba entre mis manos al suyo… —No, no he ido, pero mi amiga Elvira, quien me renta este departamento, ...