1. Desvirgando a Javi-III: En casa de Carmen


    Fecha: 03/02/2018, Categorías: Dominación Autor: almogaver92, Fuente: RelatosEróticos

    ... parece esclava? -le pregunté con mala leche. -O es que quieres ganarte unos azotes más? -No por favor señora. Sus deseo son órdenes para mi -contestó con miedo en la voz. Creo que el moño que me hizo Néstor realmente me daba el aspecto de alguien estricto, alguien a quién merece la pena obedecer sin rechistar. -Tráeme algo refrescante para beber, y si me gusta a lo mejor me vuelvo a pensar lo de tu castigo -Si señora Miré divertida a Javi, y me devolvió la mirada perplejo. Creo que no alcanzaba a comprender que podia darle qualquier orden a los esclavos y éstos la cumplirían, sin atreverse a negarse. -Entonces...puedo pedirle qualquier cosa? -Me preguntó dubitativo -Veo que lo vas pillando -le contesté con una media sonrisa. -Si quieres una mamada se la puedes pedir y la hará tal y como se lo ordenes. O si quieres, puedes mandarle masturbarse subida en la mesa, y te obedecerá. Aunque creo que Carmen les tiene prohibido correrse o masturbarse sin su permiso, en cuyo caso, el esclavo en cuestión estará en un serio aprieto...Y para nosotros puede ser divertido! -Le dije con lujúria en la mirada. Pero que diablos me pasaba? No es que nunca hubiese estado con los esclavos de mi amiga, pero nunca había deseado su castigo. -Masturbarse así tal cual? -preguntó Javi. -Creo que se lo voy a pedir -dijo animándose. A los pocos segundos volvió la esclava con una bandeja y nuestras bebidas. A mi me trajo un mojito, y debo reconocer que estaba delicioso. Dejó la bandeja a un lado y ...
    ... se arrodilló otra vez. Le lanzé una mirada impaciente a Javi, y me miró con cierta duda en los ojos. Consiguió reunir todo su valor, y con una voz que pretendía sonar segura y dominante, le dijo: -Eh..oye tu, 53, quiero que..que... súbete a la mesa y mastúrbate -Y ni se te ocurra disimular los gemidos -añadí yo La esclava dudó un instante, pero no se atrevió a desobedecer una orden directa, así que se sentó en la mesa de delante del sofá con las piernas bien abiertas y empezó a pasar sus dedos por los labios mayores. Se los masajeó unos segundos, y en seguida empezó a acariciarse los labios menores, mientras soltaba bufidos de placer. Poco a poco, su dedo fue subiendo hasta el clítoris, y empezó a gemir a la vez que se metía un par de dedos en la vagina. Estaba muy mojada, y aprovechó sus jugos para lubricarse bien toda la zona, aumentando el ritmo de la masturbación. Con la otra mano, se pellizcaba suavemente los pezones, cambiando cada pocos segundos de pecho. A medida que la velocidad de su mano aumentaba, también lo hacian sus bufidos, que más bien eran ya gemidos de placer. Javi la miraba con los ojos fuera de órbita. Esto para mi fue demasiado. -Eh! Quiero a un esclavo en la sala de estar pero YA! -Grité esperando que hubiera alguno disponible cerca. En menos que canta un gallo apareció un muchacho, que fisicamente era todo lo contrario a Javi. Alto, musculoso, y con uno de los miembros más largos que había visto nunca. No es que el de Javi fuese pequeño, pero éste ...
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