Días de playa y noches de cuernos - Relatos Eróticos

Días de playa y noches de cuernos

Ese fin de semana, Ana y yo nos hicimos una escapada a la costa, aprovechando una inusual ola de calor en pleno abril. Nos alojamos en un hotel muy cómodo y bastante tranquilo, cercano a la playa.Después de cenar, yo estaba un poco cansado por el viaje, mientras que mi mujercita estaba de buen humor para hacer durar la noche un poco más. Me acosté temprano y ella aprovechó para bajar al bar del hotel, donde había una sala de baile.Poco antes de caer rendido en los brazos de Morfeo le mandé un mensaje y Anita enseguida me contestó con un corazón y un beso.A la medianoche me desperté sobresaltado. En mi celular había entrado un mensaje de Ana. Me decía que se había hecho amiga de otra turista, que le recomendaba seguir la joda en un boliche cercano, mucho más divertido que el lobby del hotel.No quedé muy convencido; pero le dije que se cuidara y que regresara temprano. No recibí ninguna respuesta…A las cuatro de la mañana me desvelé y verifiqué que no había respuesta de Anita en mi celular. Ella ni siquiera había leído mis mensajes tampoco.Empecé a preocuparme sin saber bien qué hacer, mi mujercita no me había dicho siquiera el nombre de ese boliche.Me estaba vistiendo para salir a buscarla a ciegas, cuando recibí un mensaje desde su teléfono. Mejor dicho, una foto.Se veía a Anita en algo que parecía un espectáculo de strippers masculinos, con un negro africano desnudo que estaba restregándole la gruesa verga por la cara, mientras mi sensual mujercita con expresión viciosa ...

... parecía querer metérsela en la boca.Antes de poder reaccionar recibí otra foto.Ana se estaba tragando la verga entera del negro, mientras otro stripper desde atrás le quitaba la falda.Y otra foto más... y otra... empezaron a llegar las fotos, una detrás de otra, hasta que en la última dos hombres le hacían una doble penetración a mi esposa, mientras ella mostraba su cara de placer en primer plano…Era evidente que alguien me estaba enviando esas fotos, mientras mi mujercita cogía a full con esos desconocidos. No entendía qué estaba sucediendo y, más que enojado con Ana, me sentía preocupado por ella.Pero de algún modo aquellas fotos me excitaron lo suficiente como para que mi verga se pusiera bien dura y me doliera la erección. Terminé haciéndome una tremenda paja mientras las miraba…Le mandé varios mensajes pidiéndole explicaciones, pero su teléfono parecía estar apagado o sin señal.Salí a recorrer algunos boliches cercanos, pero no pude encontrar dónde estaba Anita. Pasaron las horas, hasta que regresé al hotel y caí rendido en la cama de la habitación.Con la salida del sol me desperté de un salto, al oír la puerta que se abría. Mi sensual esposa estaba allí, sana y salva. Le pregunté por qué no había respondido mis menajes en toda la noche y ella simplemente respondió que había perdido su celular…Agregó que se le había escapado el tiempo; se le pasó al conocer a otra chica con quien había compartido unos tragos y alguna pieza de baile. Me mintió con descaro, sin saber que yo ...