Convirtiendo a mi esposa en puta
Fecha: 07/02/2018,
Categorías:
Infidelidad
Voyerismo
Autor: Domador7, Fuente: CuentoRelatos
... 500 metros de entroncarnos a la carretera principal le propuse que me diera una mamada y que disponía solo de un corto tiempo para hacerlo, ella se puso nerviosa, no sabía qué hacer, le daba corte que alguien nos viera debido a que iba medio despacio, sin embargo era de noche y yo sabía que por muy despacio que uno fuere no logras alcanzar a ver qué pasa en otro carro y mucho menos en esa carretera, se lo explique a ella y aun así lo dudaba, le dije que ahora tenía 400 metros y que se lo iba a perder, pudo más su excitación y lo hizo, aunque fue solo por unos segundos nos sentimos súper excitados. Sentir su boca en mi pene en un lugar público fue muy emocionante. Al llegar a la casa cogimos como nunca, yo dándole cachetadas en sus nalgas y ella empinándolas más para que mi pene pudiera entrar lo más al fondo posible. Empecé a comprar consoladores, se los dejaba a propósito en la casa de manera que cuando yo me fuera a trabajar ella tuviera la posibilidad de penetrarse ella misma y sentir una buena verga. No es que la mía no sirva, pero hay que ser realistas, mis 12 cm alcanzan por ahora, pero sé que llegará un momento en que no le basten y tengo que estar preparado para ese entonces. Creo que un consolador es un buen sustituto de amante. A diferencia de otros hombres yo planifico. Seguíamos jugando a realizar miles de historias mientras teníamos sexo, nos empezamos a acostumbrar más al sexo salvaje que al romántico. De hecho, ese es un gusto que ambos tenemos, preferimos ...
... más los jalones de cabello y arañazos en la espalda que los besos apasionados, claro está sin descuidar el amor. Preferimos utilizar el lenguaje soez, ella con escuchar de mis labios la palabra "puta" se excita de sobremanera. Es un gusto que ambos tenemos. Le empecé a comprar ropa de sex shop, ella se maquillaba y jugábamos a que ella era una colegiala, una ama de casa y yo el fontanero, a que le daba aventones a una desconocida y terminaba llevándola al motel, no antes sin mamármela en la carretera cosa que le quedo la maña je je pues ya no le daba corte, así descubrí que una vez que lo probaba le costaba menos trabajo resistirse a volverlo a hacer. Sabía que quería hacer locuras, pero a la vez sentirse segura, protegida. Poco a poco fui cubriendo su necesidad y a la vez ir avanzando en el plano sexual. En ese tiempo nació nuestro primer varón, ambos estábamos felices, fue una etapa de descanso en lo sexual y muy tierno en lo familiar. Ya lo hacíamos de vez en cuando y no con la misma intensidad pues el cansancio se empezaba a apoderar de nosotros, pero cuando se daba la oportunidad el fuego del deseo se avivaba y la volvía a poseer como antes, diciéndole lo puta que era y ella gritando rico. Poco a poco nuestra relación nos llevó a ser atrevidos, a diferencia de cuando éramos novios, ahora me gusta que la vean otros hombres, que le admiren su trasero, sin embargo, por estar la mayor parte del tiempo con el niño, son pocas las veces que salimos solos y que damos rienda a ...