Experta en el arte de ligar
Fecha: 11/02/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... P- Muy bien Paulinita, estás vestida está noche para coger! Vamos a hacer que este macho satisfaga a la hembra que llevas dentro. Me lancé un guiño a mi misma al espejo y me encamine a la sala, en donde mi hombre me estaba esperando, y al parecer mi impresión de un momento antes fue acertada pues el pobre de Gustavo casi se ahoga con el trago que estaba dándole a su whisky, al parecer mi imagen había logrado mi objetivo con el, al menos era lo que me decía su cara de asombro. Se puso de pie y me dice: G- Increíble!! Realmente eres tú, o acaso me están jugando una broma? ¿Eres su hermana o algo así? Yo reía por lo sorprendido que él estaba y le respondí: P- No Gustavo soy Paulina y esta es mi verdadera personalidad. Pero por favor, sigue sentado y te acompaño. Me senté a su lado y levantando mi copa brinde: P- Salud por nosotros, por la noche y por el momento. G- ¡Salud! Tomamos nuestros tragos y le pedí permiso de cambiar de música, pues sentía ganas de bailar (mas bien de sentir su cuerpo pegado al mío). Cambié los discos y lo tomé de la mano y nos pusimos a bailar con una música muy romántica. Al sentir sus brazos rodeando mi cuerpo casi tengo un orgasmo, pues Gustavo es de complexión fuerte y es mas alto que yo. Me repegué a su cuerpo y sentí su verga que ya estaba dura como un hierro, frotando mi región púbica, a la vez que sus grandes y fuertes manos acariciaban mi espalda y lentamente se desplazaban hacia mis nalgas. Cuando llegó a ellas, tomó una de mis grandes y ...
... carnosas protuberancias femeninas en cada una de sus manos y sentí como los abría suavemente y sus dedos comenzaron a juguetear al borde de mi ya para entonces, caliente y ansioso orificio anal. Mientras, yo no estaba estática. Retiré uno de mis brazos de su cuello y dirigí mi mano traviesamente hacia su entrepierna, en donde cada vez se ponía mas dura y crecía su gran verga. Le bajé el cierre del pantalón y metí mi mano para sentir el calor de ese cetro que adoramos tanto las mujeres. Lo que palpé era una verga que si bien he conocido más grandes, no dejaba de ser respetuosa, y eso sí, era muuuuy gruesa. Afortunadamente efeitada y con una cabezota aún mucho más grande y gruesa que el tallo, durísima, pero con esa suavidad aterciopelada que a mí me encanta, pude sentir como ya goteaba liquido seminal, el cual sinceramente a mí se me hacía agua la boca y yo ansiaba probar. Mientras Gustavo me besaba ansiosamente en la boca y sentía su lengua enrollandose con la mía, por lo que pude calificar a este macho como un excelente besador, y eso me excitaba bastante, aunque no tanto como sus dedos que ya había introducido en mi caliente agujerito sexual. No me pude contener un instante más y deshaciendo abruptamente nuestro caliente abrazo, me deslicé al suelo y quedé de rodillas ante mi macho. Su verga, exultante, turgente, caliente, húmeda, apuntaba directamente a mi boca, que golosa y ansiosa se abrió a todo lo que dio para recibir el majestuoso y gordo miembro masculino que parecía que ...