Elena, mi profesora del colegio
Fecha: 13/02/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Confesiones
Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos
... también me pareces un hombre atractivo- Dijo Elena. Sonriendo. Medio nerviosa también. Por la situación. -¿Pero qué van a decir?-. –Tenemos mucha diferencia de edad- . Agregó. -Nadie debe decir nada, porque nadie debería saberlo Elena- Dije. Con la actitud de no perder. - Es verdad que hace mucho no me decían cosas así- Me dijo. Extendí mi brazo con la mano abierta, invitándola a que se acercara a mí. Esa fue la jugada final. Si se levantaba y venía hacia mí, ya la tenía. Si me rechazaba, debería trabajarlo más o peor, perdería la oportunidad, quizá para siempre. Para mi enorme suerte, Elena se levantó, se acercó a mí, agarrándome la mano. -¡Estás loco!- Me dijo. Ya con un tono más amigable. -¡Muy loco!- Le dije. La senté despacito sobre mis piernas. Coloque mi mano sobre su pancita y la comencé a deslizar, bajando hacía sus piernas, la caminata las hacía conservarse muy bien. La miré y nos empezamos a besar, primero lentamente para luego comernos como dos locos. Mi mano exploraba sus piernas de abajo hacia arriba. Para luego pasar por su cintura. Ella mientras acariciaba mis pectorales, mi abdomen y besaba mi cuello. En ese momento ya no había marcha atrás. En mi mente rogaba que nadie viniera a interrumpir el momento. Puse mi mano sobre uno de sus senos y comencé a aprovecharme, acariciándolo por encima de la remera. Ella miraba como lo hacía, sonriendo ahora ya con cara de putita. Mi pene empezaba a ponerse tieso, duro con cada segundo que pasaba. Repetí la operación ...
... con su otro seno. Y ella, obediente, quietita, sentada sobre mí. Tomé su mano y lo puse sobre mi bulto, ella lo acariciaba con apremio, ya lo tenía durísimo. Me desprendió el cinto e hizo lo mismo con el botón de mi jean, bajo el cierre y empezó a tocarme sobre el bóxer. Mientras, metí la mano por su espalda, desprendiendo su corpiño, ayudándome, ella se lo quitó. Por fin los tenía libre bajo la remera. Metí la mano y los masajeaba. Elena gemía y se mordía los labios. Ella seguía tocándome el pene por sobre mi bóxer. El cual tenía botones. Me los desprendí para que ella pueda sacarlo por el agujero que quedaba al desprenderlos. La cabeza y el tronco de mi duro miembro asomó. Empezó a acariciármelo, me masturbaba lentamente para luego acariciármelo por completo nuevamente. La hice parar y la puse de modo que su cola quedara frente a mi cara, yo seguía sentado en el sofá, besé sus nalgas sobre su jean. Elena desprendió su botón, bajo su cierre y frente a mi cara empezó a bajárselo. Sus nalgas blancas empezaban a surgir de a poco. En medio una tanga azul, ese triángulo quedaba increíble. Cuando sus nalgas estuvieron completamente al desnudo, inmediatamente las besé, las devoré. Me coloqué un preservativo, lo lubriqué bien. Le corrí la tanga y ella apoyo su vagina sobre mi pene. Me lo agarró del tronco y se lo metió. Ambos gemimos cuando mi pene entro por completo. Elena empezó a moverse, abajo, arriba, abajo, arriba; mientras yo disfrutaba de la vista, su espalda, su cintura, ...