Cogiendo a mi cuñada mientra habla con el esposo
Fecha: 18/02/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos
Todo empezó en una comida familiar en la que estaban los padres de mi mujer y sus hermanas con sus hijos, cuando terminamos nos despedimos de todos, besos y abrazos para todos. Pero al llegar a mi cuñada Yolanda, nos besamos en las mejillas pero ella bajó su mano hasta mi culo y me dio una palmada en el glúteo acompañada de un guiño de ojo. Todo me pareció normal, ya que es la menor de las hermanas y la conozco desde que tenía 12 años y siempre bromeábamos. Pero aquella palmada me produjo una excitación que intenté controlar y lo olvidé. Al cabo de un tiempo salí a la plaza el domingo por la mañana y allí estaba mi cuñada tomando café con sus amigas y vigilando a su hijo pequeño que estaba jugando con sus amigos, me acerqué a saludarla, le hice las preguntas de rigor y le dije. He quedado con mis amigos a tomar una cerveza aquí mismo, nos vemos, saluda a tu marido de mi parte. Acerqué mi cara para darle dos besos en las mejillas pero ella volvió a bajar la mano y darme un cachete en la nalga mientras nos dábamos el primer beso en la mejilla y cuando ladeamos la cabeza para el segundo, con la mano dio un pellizco en el glúteo. No me pude aguantar y en vez de darle el segundo beso le puse la boca en el oído y la dije muy bajito No me gustaría morirme sin follarte. Ella sonrió, y me fui a la mesa con mis amigos, pero no pude dejar de mirarla, sentada unas mesas más allá en la misma terraza. Llevaba un jersey negro de cuello alto, y una falda gris hasta las rodillas y medias ...
... negras, El pelo de melenita corta rubia con pendientes de perla. Estaba guapísima, esa mañana cruzamos las miradas varias veces y las apartamos disimuladamente. El lunes por la mañana a las 9,30h sonó mi móvil unos segundos y paró, lo miré y era Yolanda, que me hizo una perdida, entonces la llamé, me cogió el teléfono y me dijo. Perdona, me he equivocado y por eso he cortado No pasa nada, adiós. El los 5 minutos volvió a sonar, era Yolanda otra vez, lo cogí y con la voz bajita dijo Soy yo otra vez, �� es que antes no me he atrevido, si quieres venir a mi casa ahora estoy sola. Colgó, entonces me apresuré a dejar el trabajo y presentarme en su casa, llamé al timbre y me abrió, subí la escalera y entre en su casa. Estaba vestida con un batín de seda brillante, me hizo pasar y dijo. Primero quiero aclarar una cosa, no quiero engañar a mi marido y por tanto te propongo que no nos toquemos. No entendía aquello, pero la dejé hablar. Si quieres, podemos enseñar nos uno al otro y ����� nos tocamos, cada uno lo suyo Enseñar el qué? (dije) Ella se puso colorada y mirando el suelo dijo Nuestras cosas Vale!, como quieras Me agarró de la mano y me llevó al dormitorio, allí estaba todo preparado, la cama vestida de raso con encajes de color blanco, y frente a ella un sillón isabelino con el asiento forrado de terciopelo rojo, me hizo sentar y ella se subió a la cama sentándose sobre ella mirando hacia mí. Me levanté para quitarme la ropa, pero ella me dijo No te quites la ropa solo ábrete la ...