Luna de miel con mamá
Fecha: 19/02/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos
Luego de dos horas de vuelo y tres en autobús Carmen e Iván, quienes son madre e hijo, habían llegado a la casa de Julia (madre de Carmen y abuela de Iván) ella vive en un villorrio muy alejado de la ciudad. Julia vive sola con su perro, un rottweiler grande como un toro, pero tan manso y cariñoso como un conejito. Al verlos desde lejos el perro vino corriendo y los tumbó en un charco. ¡Otra cosa que salía mal!: En el vuelo de ida, las maletas se habían retrasado. Llegarían en el avión del día siguiente. Julia les dio la única ropa de sus tallas que tenía. De un baúl sacó el vestido de bodas de Carmen y el terno de Pedro, el ex esposo de Carmen. Carmen no quiso ponérselo, le traía malos recuerdos: El día de su boda Carmen, quien era virgen y estaba muy nerviosa e ilusionada con su “primera noche”, la cual había imaginado maravillosa y al final se había sentido completamente defraudada. Ocurrió que Pedro había sido muy brusco: le arrancó la ropa y la penetró sin más ni más. La experiencia fue muy dolorosa y traumática. Por lo que cualquier encuentro con él le traía a la mente ese sin sabor. No podía sentir placer y tenía sexo por compromiso —Cabe decir que Carmen había sido criada y recibido una familia católica y patrialcal, donde el sexo era un tabú y sólo para el acto de procreación— por lo que se creyó ser frígida. Pero siendo la única ropa disponible igual se la puso. En su juventud tenía un cuerpo delgado y proporcionado y le pareció genial que aún le quedara, aunque un ...
... poco ajustada. Sus caderas habían crecido y su vientre expandido ligeramente. 25 años no pasan sin nada por la vida. Se veía radiante, cosa que maravilló a Iván, quien vivía y aún vive prendado de su progenitora. Sin embargo, la expresión del rostro de Carmen era de consternación y tristeza. Por su parte Iván se vistió con el traje de bodas de su padre el cual le quedaba ajustado: Iván era un poco más fornido que él. Prepararon las cosas e Iván ayudó con la limpieza y los arreglos del único cuarto disponible. Mientras tanto Julia y su perro fueron en coche a buscar ropa más cómoda para ambos en el pueblo cercano (a dos horas en coche) dejando solos a su hija y nieto. Ya estaba oscureciendo, así que Julia llamó a su hija informándole que se quedaría en casa de una amiga: No estaba en condiciones de conducir en tanta oscuridad y llegaría antes del mediodía. Por la noche, compartirían el cuarto y la cama —Julia por costumbre cerraba su cuarto con llave para que el perro no entrara—, siendo el único ambiente disponible. Era el cuarto de Carmen que había pasado los tiempos de verano de su juventud, cuando pasaba los meses de vacaciones con sus hermanos. El lugar era frío y olía a humedad, por lo que Iván prendió unos palillos de incienso que encontró en el baúl donde estaba el vestido. Era el regalo que una amiga de Carmen le dio antes de la boda, según puso en la etiqueta “para relajar el ambiente”. Carmen se veía hermosa y se fueron al comedor para cenar. Al terminar perdió un ...