1. Móviles


    Fecha: 20/02/2018, Categorías: Dominación Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos

    Me despierto nervioso, con la sensación de que algo va a pasar, que hoy es uno de esos días en los que algo va a llegar. Los nervios, livianos aún, estar a flor de piel, recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. Me visto como en tantas ocasiones: bóxer blanco, camisa azul oscuro con finas rallas verticales, traje también azul, calcetines y zapatos negros. Ah y corbata azul con rallas en diagonal. Listo para empezar la jornada. Mientras conduzco, desde que tomo conciencia que despierto del sueño, Su presencia sigue en cada pensamiento, en cada suspiro, en cada gesto, guiado por Su dulce sonrisa. Enciendo el ordenador y me viene el recuerdo de lo que hablamos ayer, de informarle que mi compañera ha decidido tener un móvil igual que el que adquirí por sugerencia suya. Me hacía gracia mientras lo comentaba con usted, viniéndome en mente que es constante y muy variada la forma en la que aparece y está cada instante en mí, como controlando, adivinándose Su permanente constancia cada segundo. - Estaría bien que consiguieras su correo - me dice, con esa sonrisa tan real y sincera, mientras le digo que nunca se la he pedido -. Puede ser un buen momento, así le ayudas a configurarlo y esas cosas. Mejor, como yo te he ido diciendo qué hacer y cómo, dile que conoces a alguien que puede ayudar mucho. Empiezo a tomar conciencia de sus intenciones y, aunque me gusta, me asusto, me preocupo de lo que pueda ocurrir. No sé qué consecuencias pueda tener, cual pueda ser la reacción y qué ...
    ... cambios pueda tener en el día a día de mi trabajo, aunque se cómo hace usted las cosas y eso me tranquiliza. Le digo que se lo pediré y que en cuanto lo tenga se lo envío. Antes de que pueda darme cuenta, mi compañera está en la puerta del despacho, enseñándome el móvil, de color blanco. Empieza a trastearlo, preguntando por una aplicación u otra. Hasta que me hago el desinformado y le digo que le conozco y que me ha sido de gran ayuda. Me da su correo y enseguida recibe mi compañera su e-mail. Miro mi móvil y leo el mensaje que me acaba de enviar indicándome que me retire y me ponga a trabajar. No puedo evitar ponerme nervioso pensando hasta dónde pueden llegar las cosas, si las conversaciones serán solo sobre aplicaciones o si ya estarán conversando sobre temas triviales. A media mañana, vuelvo a mirar el móvil y veo cómo entran sus mensajes, en los que me dice que todo ha ido bien, tanto que mi compañera ya se ha instaladora aplicación con la que nos comunicamos usted y yo y que espera recibir mensajes de ella pidiéndole ayuda. En la puerta está mi compañera, parece contenta y me muestra lo que le ha enseñado usted. - No sabes cuánto se lo agradezco. Sabe un montón dice - Se los has dicho a ella? - le pregunto Me responde que no y, dándose cuenta, se da media vuelta y sale del despacho. Vuelve a los pocos minutos diciéndome que ya lo ha hecho y la noto más tranquila. Casi al instante me llega un mensaje de usted, señora en el que dice que mi compañera está tan contenta que no ...
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