Sé lo que hice este verano
Fecha: 23/02/2018,
Categorías:
Fetichismo
Sexo en Grupo
Lesbianas
Autor: EvaManiac, Fuente: xHamster
... incontroladas. Solo cuando ambos descansaron sus cuerpos uno sobre el otro, Juan retomó sus labores y yo flirteé de nuevo con mi berberecho resbaladizo sobre su enorme percebe. Consiguió extraer mis pechos de sus fundas para abarcarlas con sus dos manos, y yo utilicé la mía por detrás para agarrar su mango y colocarlo en mi sagrada raja, me dejé caer muy lentamente, controlando la invasión, y permití que todo aquello me conquistara hasta hacer fondo. Noté perfectamente los latidos de Juan en mi útero. Nos quedamos los dos inmóviles, intentando no precipitar un posible final lácteo y, definitivamente, hice uso de mi ropa para ocultar todo eso.En ese momento de sensibilidad sexual máxima solo se me ocurrió pensar en lo que opinaría mi novio Andrés si me viera ahora mismo de esta guisa, sentada sobre el camarero y con su pene introducido hasta el tope de mi ser. No es que me sintiera culpable, pues, insisto, fue él quien me empujó a esto, pero este tío al que me estaba follando resultó ser un pedazo de hombre que, posiblemente, despertaría ciertas inseguridades. Yo ya había tenido antes dentro rabos e incluso juguetes de este calibre, pero he de confesar que esta situación se hacía más y más morbosa a medida que nos precipitábamos al momento del frenesí. Así que, consciente de que Juan quería que lo cabalgara, y que mi chocho estaba ya efervesciendo, empecé a moverme lentamente arriba y abajo, con mucha cadencia, sin prisas. Se podía oír perfectamente, incluso bajo la falda, ...
... el chasquido de nuestros sexos rozándose entre una película de mucosidad. Un sonido que iba atenuándose a medida que mi velocidad dejaba de considerarse un simple movimiento para convertirse en un trote. Esos chasquidos eran ahora gemidos agudos en cada envite, a la vez que Juan decidía inhalar y exhalar con fruición para contener sus roncos bramidos.Cuando quise darme cuenta, y estando a punto de caramelo, percibí la presencia de la pareja de mediana edad junto a nosotros, haciendo exactamente lo que antes habíamos experimentado nosotros: curiosear y disfrutar con el placer ajeno. Una situación que me cortó un poco el rollo, aunque sabía que mi ropa tapaba las vergüenzas más explícitas. Algo que también conocía Juan y que resolvió unilateralmente levantándome la tela sobre la espalda mostrando, por lo tanto, el panorama pornográfico que nuestros sexos protagonizaban. No quise adivinar las caras de los espectadores, me centré en mi placer y, por alguna extraña razón sentí una timidez poco habitual, volví a tapar la zona cero y recuerdo poco más de aquel preciso instante, porque Juan me atrajo hacia sí para cuchichearme al oído que iba a eyacular muy pronto y, sin dejar que asumiera esa información, me empujó a un lado para posarme boca arriba, arrastrarme hacia el borde del somier y levantar mi falda para abrirme las piernas dobladas a tope ofreciendo mi gruta a la vista de todos. Entonces me empaló de nuevo estando él de pie, junto a los dos curiosos. Comenzó a follarme muy ...