Mi Mamá Aprendiendo A manejar Sin Calzones.
Fecha: 23/02/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Cuando yo salí de la primaria mi madre deseó aprender a manejar y como mi padre llegaba noche del trabajo, por eso mi ella se valió de una escuela de manejo, y tomaría 2 semanas de clases, semana inglesa, una hora diaria. Un lunes por la tarde, mi madre Malena de 32 años bien repartidos, salió de bañarse y se compuso una malla azul eléctrica de jersey, y se puso una playera blanca estrecha que revelaba el contorno de sus pechos y pezones a traves del corpiño, cintura reducida y las caderas que casi todas las mujeres quisieran tener (90 Cm), y la adherida malla plasmaba la costura del bikini blanco que llevaba puesto. El maestro de manejo nomás la vio salir y se quedó con el ojo cuadrado, primero la vio fijamente a los pícaros ojos negros de mi madre que también lucía guapísima con su pelo negro corto y quebrado, su nariz recta con una boca que invitaba al beso. Yo subí a la parte trasera, mientras que el galante maestro abrió la puerta delantera para que subiera su bella alumna. Al otro día una bermuda de cotton verde oscuro, luego un shoth de mezclilla, siguió con un jeans vaquero azul y por último una calza de licra café que la hacía parecer desnuda pero se veía muy hermosa, siempre combinando con blusas y playeras de buen gusto. Eso fue la primera semana. Pero en la segunda semana empezó a subir de tono, con sus minifaldas pegadas y llamativas, una como de lana a cuadros blancos y negros, otra del mismo material pero gris perla, y un minivestido blanco con glores negras ...
... que ya ni les digo cómo le quedaba, hasta ahí todo bien porque se ponía ropa interior sexi y micro pero se ponía, ya que el maestro como de 25 años y alto y guapo de ojos y pelo claro se quedaba con mi mamá entretenidos platicando otros 15 minutos, y yo que siempre he sido curioso subía al cuarto de costura de donde podía ver todos los movimientos de mi madre aun sentada en el volante: "se reía, hacía ademanes y de vez en vez abría las piernas dejando ver al maestro sus bragas "blanca de nylon, amarilla de algodón, negra de encaje". Pero el jueves salió con una faldita de mezcilla desteñida con una camisola corta de la misma textura, el maestro acostumbraba pegarse hacia delante y recarbaba un brazo al tablero para ir viendo los calzoncitos de mi mamá, pero ese día estaba más extraviada su mirada entre las piernas de mi madre. Al llegar a la casa, bajé y rápidamente subía asomarme a la parte de arriba, entreabrí la cortina y pude apreciar claramente las piernas separadas de mi madre sin calzones, el mechón de sus pelos negros y rizados hasta le brillaban de lo sedosos, entonces muy excitado fui por unos binoculares pequeños pero lo suficientemente potentes como para verle muy cerca el chango de mi mamá que casi casi sacaba la lengüita, y la verdad era un cochito precioso, el maestro estaba hasta recostado en el tablero mientras la puta de mi madre le daba puerta... al despedirse se dieron un beso fugaz en los labios, y mi madre entró feliz de la vida. El último día de clases, ...