1. Móviles - 4


    Fecha: 17/09/2017, Categorías: Dominación Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos

    ... entro en casa me llega Su mensaje en el que me dice que mañana me quiere en la oficina media hora antes. - Te desnudas de cintura para abajo, sin nada puesto ahí. Y prepara para llevarte al trabajo dos pinzas para la ropa unidas a un cordel no demasiado largo, sin ponértelas. Lo harás, ¿verdad flor? - Si Señora, lo haré. - Bien flor. Hoy descansa y te acuestas temprano. Media hora antes estoy en el despacho, desnudándome de cintura para abajo. Me siento en mi silla como cada día. Enciendo el ordenador y me encuentro un correo de Laura en el que me dice que quiere hablar conmigo, que llegará un poco antes a la oficina para hacerlo. - Señora - empiezo a escribirle un mensaje -, tengo un correo de Laura que dice que vendrá mas temprano para hablar conmigo, por lo que le pido vestirme totalmente -le pido, nervioso porque pueda pillarme en semejante situación. La puerta de la oficina se abre a la vez que llega Su respuesta. No se cómo reaccionar, a qué estar más pendiente, si a Su mensaje o la llegada de mi compañera. Me decido a leer lo que me ha escrito en su mensaje, por si me da Su permiso para ponerme el bóxer y los pantalones. - No, primero tendrás que saber de qué quiere hablar contigo. Además, no necesitas levantarte para hacerlo. Por un momento me quedo desconcertado, esperando a no sé realmente qué, miro hacia la puerta del despacho y veo a Laura mirándome fijamente, con su móvil entre las manos, mirándolo también. Da un paso, parece que le cuesta hablar. - Buenos ...
    ... días. Acabo de leer tu correo. Dime. Me mira, diría que compungida, indecisa, aunque su expresión no transmite lo mismo. Intento mantener la mirada en sus ojos, pero la vergüenza y la incertidumbre, saberme medio desnudo me lo impide, por lo que voy alternando la mirada entre la suya y el monitor. - Me resulta violento decir lo que te voy a decir. Y ojalá que no me equivoque - empieza a decirme, aún con el móvil entre sus manos, como agarrándose a él, a la seguridad que le da -. Estoy segura que estamos compartiendo algo más que alguien que nos enseña a hacer uso del Smartphone, y por lo tanto algo más que trabajo, ¿no crees flor? Esperaba que pueda tratarse de ese tema, que hubiera tenido tiempo para meditar alguna pista de la que no se había dado cuenta, incluso que por ese motivo no hubiera recibido más mensajes de ella. Pero que terminase la frase así me ha dejado descolocado, con la boca abierta, las mejillas encendidas, los ojos abiertos como platos, la mirada en su rostro, pero perdida, en ninguna parte. Aprovecha el silencio que hay da la vuelta al móvil, con la pantalla hacia mi. Casi no puedo creer lo que estoy viendo. Mi asombro va en aumento, la situación más controlada y humillante a la vez. Ahí está Usted, sonriente, mirándome con Su sonrisa, Su mirada que toma constantemente lo que le pertenece. - Hola flor - me dice -. Qué sorpresa, ¿verdad? - estoy sin habla y asiento con la cabeza, sin atreverme a mirar a mi compañera -. Esta mañana me ha dicho que iba a hablar ...
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