1. Ahora me toca a mí.


    Fecha: 17/09/2017, Categorías: Dominación Autor: Old-Legolas, Fuente: SexoSinTabues

    Cuando vino mi sumisa amante a mi territorio la pasó muy bien. Las cosas que pasaron por mi mente cuando mi amante me dijo que estaba lista para que fuera su amo y dominador fueron un millon. En esta oportunidad sería yo el que lleve las riendas… las cuerdas, los aparatos, la imaginación…. En esta oportunidad sería en mi casa. Cuento con una cama de madera muy grande y firme dispuesta a ser usada. La hice pasar a la amplia habitación y la observé sentado sobre un baúl antiguo (donde guardo todos mis tesoros) mientras se desnudaba, ya se la notaba excitada, supongo que imaginaba cómo la iba a pasar. Le vendé los ojos y la acosté en la cama boca arriba. Con una pluma, comencé a acariciarla suavemente, primero la planta de los pies, lo que le produzco una risa nerviosa, y fui subiendo por sus piernas, llegando a sus rodillas ví sus pezones endurecidos y más allá sus labios eran mordidos por sus blancos dientes. Pasé su entrepierna por un costado, dejándola con ganas de sentir esa plumita en el clítoris y me fui hasta sus pechos, cuando rodeé el primer pezón se estremeció y llevó sus manos a los pechos. –Noo le dije quietita!!. Vamos a tener que atar esas manos-. Tenía preparadas debajo de la cama muñequeras y tobilleras bien anchas y acolchadas. En menos de 30 segundos estuvo atada a las 4 esquinas de la cama, brazos y piernas abiertas e inmovilizados con cintas bien tirantes. Continué con sus pechos con ambos pezones acariciados por sendas plumas, cuello, brazos, vientre, ...
    ... pelvis y por fin llegué al centro de la cuestión mientras jadeaba diciendo que le gustaba, que siguiera así. Por supuesto que no lo hice, la dejé con las ganas, mis intenciones eran otras. Busqué una pomada que tengo para casos así y se la empecé a untar en la vulva y el clítoris. Luego de un momento esta pomada da una sensación de calor copmo si se estuviera quemando, pero es solo la sensación, la zona sigue a temperatura normal. – Hay que me quema, limpiame que me quema!!! Decía. Le apoyé un trapo que lejos de limpiar traía mas pomada a la zona. Se retorcía y y trataba de soplar aire desde su posición inmóvil. -Queres que te sople? Le pregunté.- Si bien fuerte por favoooor!!- me gritaba. Tenía debajo de mi sorpresiva cama un pequeño compresor que encendí y acerqué el chorro de aire a su quemante entrepierna. La cara de placer que puso fue indescriptible, mientras que un largo suspiro se transformaba en un OOOOOOOHHHH cuando me acerqué a su clítoris. Mantuve ese soplo de aire balanceándolo sobre él hasta que un increíble orgasmo hizo levantar sus caderas, gritar y convulsionarse durante mas de 30 segundos Una vez concluido el éxtasis volvió a darse cuente que su sensible vulva seguía ardiendo. Me pidió que la enfriara, asentí y fui por mi nuevo aliado. El hielo. Para no mojar la cama y para ocasiones especiales como esta, tengo congelados varios condones con agua de formas varias. Busqué un par, pasé uno por su clítoris, la hizo estremecer, lo dejé apoyado allí y se le erizaron ...
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