Cuando los ancianos quieren comer.
Fecha: 27/02/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Rosaura50, Fuente: SexoSinTabues
¿Que sucedería si de buenas a primeras te pones a seducir a un grupo de ancianos en un asilo donde solo hay hombres? El relato de mi experiencia quizá ilustre sobre eso. Lo cierto es, que durante toda mi vida siempre supe que era una mujer sexualmente activa, debo reconocer que lo que voy a relatar a continuación fue quizás la experiencia más inusitada de mi vida, y que espero haya sido del disfrute de quienes participaron en el mismo. De mi puedo decir que soy una mujer de 50 años de edad, profesional y con dos hijos preciosos, que ha sabido disfrutar su vida al máximo, especialmente en el área sexual. Me casé bastante joven a los 22 con un hombre mucho mayo , tuve a mi primer hijo joven dos años después y también enviudé bastante joven (a los 30 años), dedicándome por entero a mi hijo, a mi profesión, y junto a eso, a vivir aventuras. Y precisamente de aventuras es este relato. Cuando tenía unos 37 años, una gran amiga, bailarina erótica ella, me hizo una propuesta de negocios que no pude rechazar: acompañarla en algunos bailes que hacía para entretener a gente mucho más mayor que nosotros. Era una oportunidad para divertirnos y ganar algo de dinero extra, porque en aquel entonces mis ganancias como abogada, si bien eran suficientes para ayudarnos a mi hijo y a mí en todo lo que necesitábamos, no era suficiente como para ayudar a pagar el local donde alquilaba mi bufete (posteriormente logré mudarlo a un sitio mucho mejor), y por demás, veía más la parte de la diversión ...
... que la del dinero. El trabajo era por demás sencillo: íbamos a algunos asilos en el interior del país, sobornábamos a los guardias y algunos directivos para que nos dejaran entrar, y bailábamos en presencia de una serie de hombres de entre 65 y casi 80 años, que se excitaban, alegraban, sus hijos brillaban y hasta hacían el esfuerzo por aullar por nuestros movimientos y por cada vez que nos sacábamos el bikini. Ahí me di cuenta de que el deseo sexual no disminuye con la edad, sino que aumenta, o por lo menos en los ancianos que vi. Algunos de ellos hasta sacaban algo de dinero para que dejaran siquiera tocar un muslo o los senos, pero no llegaban a más porque se cansaban y encima, solían llevarlos a dormir. Recibíamos mucho dinero de ellos y con ese dinero nos dábamos algunos pequeños lujos, y por eso, decidí invitar a mi amiga a irse a vivir conmigo y mi hijo, pues cuando ella no trabajaba, se quedaba en casa y lo atendía, al punto que el todavía se refiere a ella como su “tía favorita”. Pero en fin, nos mantuvimos haciendo esa labor durante aproximadamente 2 años, hasta que una noche, contando yo 39 años, nos sucedió la experiencia mas excitante y salvaje de nuestras vidas. Mi amiga y yo habíamos ido a un asilo de ancianos donde solo habían hombres, unos 70 ancianos en total, y comenzamos a bailar como siempre. Parece que los ancianos no aguantaron las ganas, por la razón que fuere, y en medio del acto, nos agarraron por los pies y nos arrastraron hacia ellos. Me separaron de ...