Rasurando - Relatos Eróticos

Rasurando

Su cara se debatia entre lo perplejo y lo morboso. No en vano sabia que algo muy pervertido tenia en mente con todo lo que allí habia pero se resistía a preguntar. Llegue a casa con ganas de probar una nueva experiencia. Tras una minuciosa seleccion de todas las cosas necesarias la llame al baño, extrañada se acerco, descubriendo todo el despliegue de elementos que alli tenia. La verdad que el que llevara falda facilitaba un poco las cosas. "Sientate". Señalando la tapa del inodoro. Me acerque, retirando aquellas sandalias de bailarina junto con los calcetines. Su cara se debatia entre lo perplejo y lo morboso. No en vano sabia que algo muy pervertido tenia en mente con todo lo que allí habia pero se resistía a preguntar. Llego el mejor momento de todos. Con las manos partiendo desde sus tobillos fui levantando la falda muy despacio, los roces sobre sus muslos provocaron una cantidad de sensaciones indescriptible. Sus ansias de excesos se mezclaban con el ardor que en mi cuerpo yacia en mi polla. Cualquier pretexto siempre era excusa para acabar en sexo y esta no iba ser una ocasión diferente a las demás. Ademas en aquella postura tan dispuesta... tan abierta... tan follable... ¿ Para que continuar con el juego que habia pensado? Cada centimetro descubria la tela de tu rola interior. ¡¡Bragas blancas!! Justo las que a mi me encantan. Acerque el rostro, como un autentico salido pervertido, olfateando tu sexo, ese gesto tan guarro y osceno que tan caliente te pone. No habia que ...

... ser muy listo para saber que estabas entregada a la lujiria de mis deseos. Con la falda aun sujeta por mis manos roce mi cara justo en la zona donde tu coño es mas sensible a cualquier contacto. Apoyando la nariz sobre las bragas marcando unos circulos sobre el clitoris. La reacción de sus piernas era muy evidente, daban cuenta del estado de frenesi al que te estaba llevando. Con el culo ligeramente posicionado tome las bragas, sacandoselas con extrema lentitud. El suave ruido de la tela sobre la piel rompia el silencio que llenaba el cuarto a la vez que el espacio entre las piernas se estrechaba y se vislumbraba los primeros vellos del pubis. La tela daba muestra de la mancha de flujo en la zona de tu sexo. Con ellas en mano las mire, el olor era intenso, tan tuyo, que hacia recordar a las tantas veces que he succionado tu sexo comiendote el coño. No lo pense dos veces, meti un dedo en el interior del coño. Estaba muy calido, humedo. Sacudi su sexo de manera rapida y agitada, mirando como su cara al se enrojecia al ser masturbada y sus manos buscando sus pechos para apretar sus pezones. Me retire. Contemplando la pornografica estampa que me regalaba. Se paralizo. Abrio los ojos. Estaba nerviosa. Contrariada. "Sigue". Pocas veces tenia el placer de ver como se acariciaba asi para mi. Cogi la tina que habia llenado con agua, aun estaba caliente, frotando las manos. Tome jabon y frotando lave la zona de su sexo. Frotando desde las ingles hacia los labios de su coño. Su cara de ...