Con el carpintero y su ayudante...
Fecha: 01/03/2018,
Categorías:
Gays
Voyerismo
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... marcado, mejor que el que suele obtenerse en los gimnasios.Lo dejé trabajando y me puse a hacer lo propio. A media mañana hicimos un alto y mandé al muchacho por unos refrescos y algo para entretener el hambre. Obediente, volvió con mi encargo y dispusimos de una tabla en medio del salón para que nos sirviera de mesa y nos sentamos a comer. Allí tuve oportunidad de observarlo mejor, mientras él devoraba la comida y me miraba con los enormes ojos negros. Me sonreía de vez en cuando, aunque realmente hablaba muy poco.Cuando terminamos de comer comenzó a recoger todo sin que yo se lo pidiera, así que me recosté en el piso y saqué un cigarrillo. Rápido, como el mejor de los camareros se acercó con las cerillas y se ofreció a encendérmelo.Hombre, gracias – le dije sorprendido con tanta solicitud, muy rara de ver en estos trabajadores.Patrón – me dijo muy serio – yo estoy para servirlo en todo lo que necesite.De verdad que el muchacho me sorprendía. Le di las gracias, inhalando el humo mientras estiraba las piernas buscando una posición más cómoda en el duro piso. Juan, sin decir palabra se arrodilló y comenzó a desabrocharme las botas.Qué haces? – le pregunté sin entender porqué hacía eso.Es para que descanse mejor, patrón – me explicó.Confundido, me dio pena negarle la oportunidad de agradarme, porque era evidente que eso era lo que intentaba. Pobre, pensé, seguramente tiene miedo de perder el trabajo.Juan terminó de quitarme las botas y para mi sorpresa comenzó a darme un ...
... masaje en los pies. Traté de resistirme, pero el muchacho perseveró, y aunque al principio me sentí algo incómodo, terminé relajándome, disfrutando del masaje. Sus manos tibias y fuertes pasaron de los pies a las pantorrillas, por debajo del pantalón, y antes de que pudiera sentirme verdaderamente incómodo con ese avance apareció Sebas en la puerta. Nos miró de una forma extraña, como si nos hubiera sorprendido haciendo algo malo, aunque sólo fue un gesto momentáneo, porque inmediatamente sonrió.Pero si ya acabaron de comer – se quejó sentándose a un lado.Juan inmediatamente le acercó un refresco y algo de comida, y yo comencé a ponerme las botas nuevamente.Verdad que da unos masajes estupendos? – comentó Sebas, sorprendiéndome.Sí, es cierto – acepté, para la total complacencia del muchacho. Aquel comentario de Sebas me dio a entender que Juan también le daba esos masajes a su suegro, aunque no sabía si eso debía de tranquilizarme, o todo lo contrario.Volví al trabajo sin poderme quitar de encima la extraña sensación de todo aquello, pero también bastante relajado después del refrigerio y del masajito de pies. El día continuó y para ser el primer día creo que avanzamos bastante, terminando exhaustos por la tarde.Estoy molido – se quejó Sebas al comenzar a cambiarse de ropa. Había serruchado y cortado todo el día las piezas que ocuparía al día siguiente y aunque era un tipo fuerte y robusto, tampoco era ya tan joven como antes.Juan se acercó sin decir palabra y comenzó a masajearle ...