1. Con el carpintero y su ayudante...


    Fecha: 01/03/2018, Categorías: Gays Voyerismo Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... vez en cuando, palmeándoselas de repente, acariciándole los glúteos desde la espalda baja hasta el nacimiento de los muslos.Ya mero? – preguntó Sebas, y Juan asintió con la cabeza, sin abrir los ojos.Sebas se humedeció entonces un dedo con saliva y le acarició el ojo del culo. Juan gimió de placer mientras Sebas lo hacía inclinarse un poco y procedía a meterle el dedo en el ano. Era extraño ver a aquel hombre, totalmente vestido jugar de aquella manera con el semidesnudo joven, y más aún sabiendo que se trataba de su propio yerno.Ya! – gritó Juan empuñando con fuerza la verga en su mano y Sebas le metió otro dedo en el culo en ese preciso momento, con lo que el muchacho explotó violentamente.Después de eso Sebas se limpió la mano con la camisa de Juan y se la arrojó.Vístete y limpia todo antes de irte – le ordenó. – Nos vemos mañana y – agregó no sin cierta malicia – me saludas a la Lupe.La mención a la esposa hizo que Juan pusiera cara de pena y sentí cierta lástima por él. Me escondí para que Sebas no me viera al salir y esperé algunos minutos para entrar por mis llaves. Para entonces Juan ya estaba completamente vestido y estaba de rodillas en el piso, limpiando los restos de semen. Se sorprendió mucho al verme.Qué se le ofrece patrón? – preguntó alarmado, seguramente pensando si habría borrado bien la evidencia de lo sucedido.Nada, no te preocupes – le tranquilicé – sólo olvidé las llaves de mi camioneta.Pero si hace mucho que se fue – comentó preocupado – donde estuvo ...
    ... todo ese rato?Pensé en muchas excusas, pero no me decidí por ninguna. Era extraño. Estaba excitado y no lograba quitarme de la mente lo que acababa de ver. Lo que mas me intrigaba, y me calentaba, debo reconocerlo, era la absoluta pasividad de Juan. Soy un tipo controlador, tanto en el trabajo como en el sexo, y aunque no había tenido experiencias con hombres, las imaginaba como una lucha de poder entre dos caracteres fuertes, tratando cada uno de dominar al otro. Jamás algo como lo que había visto.Digamos que estuve por aquí cerca – le dije, sin saber porqué, sintiendo el poder que en ese momento tenía sobre el muchacho.Pero yo no escuché nada, patrón – dijo Juan cauteloso.Pero yo si – dije malévolamente, sintiendo en mis huevos y en mi sexo una corriente eléctrica, un deseo de algo que ni a mí mismo podía explicarme – escuché y vi cosas que no te puedo ni contar.Juan, todavía en el piso, arrodillado y casi vencido, asintió con todas mis palabras. Tal vez eso fue lo que terminó de excitarme y decidirme a hacer lo impensable. Me acaricié la verga, un buen bulto bajo mis pantalones, estudiando la reacción de Juan, gozando con sus ojos negros entornados y extraños mirándome con total atención y sumisión. No decía nada. Aceptaba en silencio mis palabras, como si las mereciera, como un castigo.Vi cómo le chupaste la verga a tu suegro – le dije mientras continuaba acariciándome la verga – cómo lamiste golosamente los enormes huevotes del mismísimo padre de tu esposa – continué, ...