En el taller de bicicletas
Fecha: 18/09/2017,
Categorías:
Transexuales
Autor: ViriTVMx, Fuente: SexoSinTabues
... en casa, igualmente si no estuvieran tampoco saldría por la impertinencia de algún vecino. Entonces si saldría como niño pero tenía que cambiarme antes de llegar a casa del plomero para evitar su “castigo”. ¿Pero dónde cambiarme? Mis padres conocen a un montón de gente en la colonia y a su vez ellos a mí, y quien sabe dónde pudiera encontrarme a alguien en pleno acto de “transformación”. Mientras seguía decidiendo cual sería mi “plan de ataque” me metí a la ducha para prepararme como se debe. Aliste un vestido corto azul marino con florecitas blancas bastante ligerito, una tanguita azul marino igualmente y unas botas sin tacón de color beige (de esas botas bastante abundantes en invierno). Para el maquillaje tuve que pensarlo nuevamente ¿salir maquillada o maquillarme en alguna calle cercana al domicilio del plomero?, vaya dilema. Baje con mis padres, con mi vestido y tanga ya debajo de la ropa de niño, a decirles que saldría con unos amigos en la noche, un poco extrañados pero sin discusión, me otorgaron el permiso para salir. Nuevamente arriba en mi cuarto, decidí que me maquillaría ahí mismo y que a toda costa evitaría el contacto con mis padres, que al parecer estaban ya dispuestos a preparar algo “especial en la cocina” (hay que decir que mi padre es mucho mejor cocinero que mi madre, por lo cual al parecer esa misma noche le enseñaría alguna receta o algo así a mi madre), después de saber esto, subí a mi cuarto a maquillarme de manera ligera pero que me ayudara a ...
... parecer más femenina. Me puse las botas y las oculte con el pantalón, prepare una pequeña mochila con condones, lubricante, papel higiénico, toallitas desmaquillantes y una navaja (digo, por si algo se pusiera feo). Asegurándome que mis padres ya se hallaban en la cocina, salí con 15 minutos de anticipación para buscar un lugar donde quitarme la ropa de niño sin que alguien me viera. Ya estaba oscuro cuando salí de casa por lo cual el maquillaje no tuve que ocultarlo de mi rostro, así que camine con rumbo a mi próxima experiencia esperando encontrar un lugar para quitarme la ropa quedando envuelta en mi vestidito azul. Los nervios se apoderaban de mí, mis piernas me temblaban de solo pensar que caminaría como niña en las calles circundantes a mi casa. A un par de calles antes de llegar vislumbre un predio vacío y ninguna ventana que pudiera espiar dicho predio. Observando que nadie estaba alrededor, me dispuse a quitarme el pantalón y la camiseta, revelándome como niña. Me quede ahí unos minutos reflexionando lo que estaba a punto de hacer. Sin duda era muy riesgoso, pero temía mucho más si aquel hombre me desenmascaraba con mis padres. Ante tal riesgo de ser descubierta, me encamine nuevamente hacia el domicilio del plomero. Tratando de caminar lo más femenina posible, pude percibir lo delicioso de sentir el viento fresco chocando en mis desnudas piernas, me sentía bastante bien a pesar del nerviosismo constante en mi interior. Afortunadamente no encontré a nadie por las calles, ...