1. Dejé que mi exnovio se tirara a mi primera sumisa


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Dominación Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... quiero tener en mi portátil. —Si Ama Marga. Al día siguiente a las ocho de la mañana abrí el correo y encontré más de cincuenta fotos de Magda con mi nombre pintado por todo el cuerpo, fotos muy sensuales… Magda es de una constitución robusta pero delgada, con unas caderas y un culo de campeonato. Al ver sus fotos mi chocho comenzó a manar. Le dije que pidiera permiso en el establecimiento en el que trabajaba y que se viniera a Mallorca, que estaría en mi casa como mi invitada. Se puso loca de contenta. La recogí en el aeropuerto, llevaba un vestido vaporoso, estaba preciosa. Ella tiene unos treinta años, siete más que yo, somos de la misma altura. Mi pelo es pelirrojo natural el de ella negro azabache y cortado en melenita estilo Lulú. Nada más llegar le presenté a mi familia, la cual se marchaba esa misma noche con el yate hasta Córcega. A las doce de la noche ya estábamos las dos solas en la casa, la sensación de poder me hacía sentir muy mala, mi piel blanca se me erizaba de gusto. Era mía y estaba en mi casa. — Magda. —Si Ama Marga. — Desnúdate y aféitate el coño en el bidé, hasta que quede liso y brillante; cuando termines, coges este trapo y este limpia cristales y, desnuda, me dejas el coche impecable. Está aparcado detrás de la casa, no te preocupes porque te vean los vecinos desnuda, son unos mirones y están acostumbrados. Se puso roja pero no rechistó. Tras limpiar los cristales del coche, también desnuda, limpio la cocina, ¡del suelo al techo! Luego le dije: — ...
    ... Magda, arrodíllate delante de la tele, para poder azotarte mientras veo las noticias. —Si Ama Marga. Delante de mi butaca estaba Magda en pompa, de rodillas y mostrándome ese culazo precioso, de excitada que estaba me tuve que tocar el chocho. Luego mordí sus cachetes dejándole señalados mis dientes pero sin hacerle sangre. Cogí un libro pequeño 20X15 cm, no muy grueso que había sobre la mesita de las revistas y, mientras ella miraba al suelo y yo tenía la tele enfrente, viendo las mismas noticias de siempre de política: Alcé el librito en el aire con mi mano derecha y le aticé un librazo en el cachete derecho, con el impacto, sus dos cachetes bailaron como natillas en el aire, mientras ella gritaba. Le di por lo menos diez azotes con el libro en cada cachete; su culo estaba rojo como un tomate y surcado por dibujos geométricos hechos con las esquinas del libro, su culo parecía un azulejo de diseño. Acabaron las noticias y apagué la tele y, poniéndome de pie delante de ella con las piernas muy abiertas le dije: — Ahora cómeme el coño desde tu postura de rodillas y cuando acabes no te muevas del sitio hasta que yo te lo diga putita sumisa, ¿de acuerdo? —Si Ama Marga. Sus labios devoraban mi sexo rasurado y daban lengüetazos al pequeño triangulo de pelitos pelirrojos que me había dejado en el pubis… que placer, absorbía mis labios íntimos como si fueran una ostra mientras alzaba la vista y me miraba a los ojos con carita de entregada. Me corrí en su lengua y en el suelo, lo lamió ...
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