LAS CRONICAS DE CAROLINE
Fecha: 08/03/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: corvus, Fuente: RelatosEróticos
LAS CRONICAS DE CAROLINE Es difícil de describirme, ahora soy una chica normal supongo, aunque me han dicho que soy guapa, bueno no me importa; Mi nombre por ahora no importa; soy blanca, cabello castaño, ojos cafés, delgada, por ahora eso. En este momento cuando amanece y la luz entra por la ventana iluminando mi adorada habitación; esta es circular, con techo en forma de cono, las paredes tapizadas de azul oscuro, con algunos posters de mis banas favoritas. Recuerdo que cuando era niña odiaba aquel encierro nocturno, pequeño, frio y oscuro. Me aterraba el pasar las noches allí. Mis hermanas mayores no eran de mucha ayuda, me gastaban bromas absurdas como: que allí asustaban debía a que antes de nosotras en esa habitación muria una niña, cosas por el estilo. Por supuesto ahora la adora queda en la parte más alejada de la habitación de mamá y de la fachada de la casa y tiene una vista estupenda de un encantador bosque que cuando se pone el sol o se levanta la copa de los arboles parecieran que fueran de oro, es sencillamente estupendo. Hace ya varios años, (disculpe el lector el modo en que saltó en el tiempo) que soy lesbiana por el momento comentare mi primera masturbación: Tendría 13 años aproximadamente; en mi mente surgían preguntas y confusiones una de ellas como ya mencione es mi lesbianismo. En esa época no sabía que era para mies que algo andaba mal en mí, me deprimía, me daba miedo estar con mis amigas. Bueno era una chica que sentía una atracción por las chicas y ...
... para colmo la excitaban. Cuando salía con Samantha, Karen y Amanda me sentía extraña, primero me daba un calor en la entrepierna; también no podía quitar los ojos de sus pechos y piernas era como si me llamara a verlos. En una ocasión en que charlábamos plácidamente en mi hasta entonces horrible y odiado encierro nocturno. Karen y Amanda estaban recostadas en la cabecera de la cama, usaban unas diminutas faldillas, Samantha y yo sentadas en la alfombra al pie de la cama, Sam me preguntaba tontamente sobre mi odio a mi cuarto: -¿Caroline por qué no te gusta? Está bien es pequeño, pero mira tienes baño privado para ti sola�.-decía Sam, yo si miraba pero no era el baño sino las piernas de Karen que es la que tenía a mejor vista, no sé porque pero las veía y entre más las veía más las deseabas; unas pierna largas, esbeltas, blancas y bronceadas; los muslos bien torneados y tersos en todo su esplendor; sus ropas intimas si desdibujaban en la abertura de la falda; unas braguitas de un color claro rosa. Mis manos involuntarias temblaban de la excitación, sudada frío, sentía reseca la boca mi pecho subía y bajaba a una velocidad de vértigo, cuando Sam me saco de mi embotamiento: -Caro, Caro, ¿me estas escuchando?- -Ah! ah que-contesto sobresaltada- ah, sí, sí, es bonito de día, pero de noche es frío y oscuro y suene extraño de noche, se dice o eso mi dijeron mis hermanas que antes de que nosotras llegáramos, una joven pareja vivió aquí, que en un ataque de locura y ebriedad el esposo ...