1. La gatita sensual


    Fecha: 09/03/2018, Categorías: Hetero Primera Vez Autor: Fuhror, Fuente: CuentoRelatos

    ... la mente: debido a que no deje que ella me saboreara, me tocaba la primera posición. Tome su pierna derecha y la coloque sobre mi hombro, había visto varias veces esta posición en libros, incluso un amigo que había dicho que era una muy buena posición para la pareja, en mi opinión me quede sorprendido de que Karina pudiera levantar tanto su pierna. Agarre mi miembro y con él me puse a buscar su entrada, al encontrarla no lo pensé y lo introduje lentamente hasta que por fin estaba dentro por completo. —Que rico —susurró Karina con una cara de placer que me volvió loco. Con este estimulo, comencé a meter y a sacar mi miembro, primero lento y luego, guiado por mi excitación, más rápido y más fuerte. Lleve una de mis manos a sus pechos y lo apreté suavemente. —Dame más duro —me pidió. Sin pensarlo, la obedecí. La mesa se movía con cada penetración y ella gemía más fuerte. —Baja mi pierna, por favor —me pidió entrecortado y casi gritando. Solté su pierna, toda su cadera golpeaba mi pelvis una y otra vez. Karina bajó su pecho hasta donde la mesa se lo permitía y pude ver que arañaba su superficie. Continuó sus gemidos hasta que por fin se volvieron gritos de placer. —Jala mi cabello —me pidió. Sin rechistar lo tomé y lo jalé, seguí penetrándola y ella continuaba gimiendo y gimiendo. La miré, aun con su máscara de Gatúbela puesta. A cada momento su placer y el mío aumentan, pero la posición comenzaba a ser un poco incomoda. Me salí de ella y la coloque sobre una silla para que me ...
    ... mirara. Abrí un poco sus piernas para tener más libertad y volví a entrar. Sus gemidos se reanudaron y mis movimientos comenzaron a ganar velocidad. Baje un poco para poder besarla. Quería decirle algo, pero mi mente está en una nube, ahora estaba al mando otro yo, alguien a quien quería a esta gatita. Y al parecer también había otra Karina, una que no conocía ya que me pidió algo sorprendente. —Me gustaría que me amarres y me penetres muy duro. Mi sorpresa solo duro un momento, pero de nuevo mi otro yo se impuso y obedecí su petición. Sin perder tiempo agarre la playera que me había quitado y la lance contra el sillón, la coloque en cuatro y amarré sus manos a su espalda. Una vez listo, y sin darle tregua, volví a entrar y sin perder tiempo comencé a embestirla sin piedad. Volvió a gemir y a cada momento quería aumentar mi velocidad, no podía contenerme, pero a ella parecía gustarle. Salí y le di la vuelta para colocar sus piernas de nuevo en mis hombros y entré. Comenzó a gritar de nuevo, quizá mis vecinos estarían preguntándose qué estaba pasando en mi casa, pero yo solo pensaba en Karina. —¡A ESTE PASO TE VENDRÁS! —me dijo gritando. Quizá era cierto, pero también recordé que, por las prisas, no había usado protección. No es un método infalible, pero me salí de ella para evitar tener problemas. Estaba a tan solo un empujón para que alcanzara el orgasmo, pero realmente no quería terminar dentro de ella, fue cuando tuve una idea. Tal vez mi primer yo, con el que empezó todo ...
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