Familia sin tabúes (8) Alfredo el monitor del Gim (II)
Fecha: 09/03/2018,
Categorías:
Gays
Fantasías Eróticas
Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos
... chupé, y las lamí tiernamente pasando mi lengua por ellas. Sus gemidos se escucharon en toda la habitación, cuando me tragué los dos testículos a la vez, reteniéndolas en mi boca, estrujándolos muy fuertes, aspirando con saña para que sintiera dolor, y que mi macho me reprendiera. Pero Alfredo no me regañó, ni me dijo nada, al contrario... al cabronazo le iba la marcha... y de la buena. Viendo la calentura y la excitación que le provocó aquello, me tomé la libertad de darle unas buenas bofetadas en la cara, le pellizcaba los pezones salvajemente retorciéndoselos con los dedos, le pegaba cachetadas fuertes en las nalgas, y todo esto sin soltarle de mi boca los huevos. Después de un largo rato así, volví sobre lo que más me gustaba, "Su Polla", para darle una larga lamida con toda mi lengua, y tragármela otra vez dentro de la boca. - Pablo, cabrón... quiero comerte el culito y follartelo... meterte mi lengua y toda mi polla dentro, para que disfrutes y te corras del gusto, colega. - - Lo que tú quieras Alfredo... estoy deseando cabalgarte el cipote con mi culo, y que me lo envergues cabrón. - - Tengo un deseo muy vicioso... ¿Ves la bicicleta estática que hay ahí, Pablo?... Quiero que te subas en ella, y que te quedes elevado sin posar el culo en el sillín, para que te pueda comer el ojete de esa postura... Así, siempre tendré esa imagen grabada en mi mente, y cuando te vea en el gimnasio haciendo Spinning, se me empalmará la polla al recordarlo. - - ¡Joder, que morbazo ...
... tío!... Caliente me pondré yo, con solo mirarte encima de la bicicleta... y recordando como me devoraste el ano... ¡Uffff!... Tú todo cachondo, y yo provocándote una buena empalmada en la polla. - Me subí en la bicicleta como Alfredo me dijo, dejando bien elevadas mis nalgas, y el boquete del culo a la vista de él. Al momento enterró su boca entre mis cachetes, acaparando mi ano con su lengua, chupándolo, lamiendo cada pliegue de piel mientras hacía circulitos al rededor, y ensalivándolo a tope todo mi esfínter. Poco a poco, fue introduciendo la totalidad de su lengua en mi ojete, al mismo tiempo que con sus dedos empezaba a jugar con mi agujerito, introduciendo primero uno, y luego otro junto a su lengua, que pugnaba por introducirse también a la vez. Con la otra mano me tensaba el cipote hacía abajo, estirándolo a tope, con mi capullo apuntando al suelo como una flecha, y expulsando baboso pre-cum en forma de hilillos. De esta forma, Alfredo me metía los dedos y la lengua por el culo, y gozaba el mamón manoseándome suavemente mi pollón, como el que ordeña la teta de una vaca. Noté inmediatamente que la excitación de Alfredo aumentaba prodigiosamente, me tenía el ano prisionero de sus tres dedacos, mientras lameteaba intensamente todo el tronco de mi cipote... y como mi esfínter se había ido adaptando bien a ellos, terminó por meterme media mano. ¡Que vicio más grande me pegaba el cabrón!... Lo hacía de tal manera que no sufría, no sentía dolor, solo placer y gozo. Después de un ...