Fui desvirgada brutalmente por un albañil
Fecha: 08/09/2023,
Categorías:
Primera Vez
Tus Relatos
Autor: Alexandra Love, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... agitado y cansado, me mojó de sudor. Yo sentía mi vagina mojada de sangre escarlata y de semen escurriendo, mientras ese hombre sucio iba perdiendo la erección, me había usado a su antojo, saciando su lujuria, tal como yo quería.
El sufrimiento que estaba sintiendo no había terminado, él continuaba disfrutando de mi cuerpo, me lamía el cuello tragándose mi perfume y me besaba metiendo su lengua muy adentro de mi boca, me lamía dentro del oído y las lágrimas saladas de mi cara.
—Ya ves mamacita, para que me pedias que te cogiera con todas mis fuerzas. Me provocaste tanto que mira cómo te cogí de duro morrita, hueles bien rico putita, ¿Ya conseguiste lo que buscabas? Quien diría que a una morrita le gustaría tanto la verga.
Yo me sentía muy cachonda y desnuda en esa construcción, nadie se podría imaginar que yo estuviese ahí, me excitaba oler el aroma a tabaco y sudor de ese hombre, del cemento y tierra de la construcción, así como la mugre del colchón viejo en el que perdí mi virginidad.
Pasaron unos minutos y creí ya todo había terminado, pero de pronto sentí como la verga de ese hombre estaba teniendo de nuevo una fuerte erección, era muy dura y grande, estaba sobre mi zona íntima y pensé que me volvería a penetrar. Me puse muy cachonda y comencé a lubricar de nuevo, él volteó a verme como si me quisiera comer.
—Ay mamacita, estás tan sabrosa que ya me pusiste bien dura la verga de nuevo —Me dijo mientras me miraba el culo—. Voltéate mamacita.
—¿Cómo? —Pregunté un poco ...
... confundida.
—Ponte boca abajo mamacita. —Insistió de forma muy depravada.
El albañil me tomó de las piernas y bruscamente me giró boca abajo, yo volví a entrar en pánico, de inmediato supe que ese hombre quería penetrarme por el ano. Yo en aquel entonces ni si quiera imaginaba la posibilidad de llegar a tener sexo anal con alguien, me parecía sucio e impensable.
El albañil me abrió las piernas con fuerza, escuché cómo sacó un gargajo y se acercó a mi culo para escupirme y lubricar mi ano. Después se acomodó colocando la punta de su verga enorme en la entrada de mi culo, me quedé inmóvil del miedo, estaba aterrada.
—No por favor, eso no, por ahí no. —Le grité muy asustada, pero a la vez excitada de sentir esa verga a la entrada de mi ano.
—Tu déjate llevar mamacita, solo relájate. Te va a doler mucho, pero después lo vas a disfrutar más.
—Ya verás que te va a gustar sentir mi verga en tu culo ¿Sí me dejas cogerte fuerte por el culo preciosa? —Él albañil me persuadía con su lujuria.
—Sí, está bien, quiero saber que se siente, hágalo muy fuerte también. —Le contesté invadida por el morbo, quería saberme desvirgada de mi ano también.
—Te va a doler mucho, si en algún momento no lo soportas, me dices y lo dejaré de hacer. —Estúpidamente cuando me dijo eso me sentí querida y más segura.
El albañil restregó varias veces la punta de su verga en mi ano ensalivado, lo que me provocó mucha sensibilidad y excitación. En ese momento me puse muy cachonda, quería sentir esa verga ...