Mi colega la Abogada
Fecha: 13/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: nrizzi, Fuente: RelatosEróticos
Jamás olvidaré el lugar. La mejor habitación, la N°42, del más lujoso y recientemente inaugurado hotel de alta rotatividad de nuestra ciudad. Y menos olvidar a Laura, con quien compartimos ese día allí una botella Mágnum de champaña Brut bien helada. Pero para ir a los hechos debemos ubicarnos también en el tiempo. Era una nubosa mañana de otoño con su fría llovizna pertinaz, que invitaba a viva voz a no estar a la intemperie. La botella en cuestión era un regalo que tiempo atrás me había hecho una cliente de nuestro estudio de abogados, en atención al resultado favorable del juicio en el cual la habíamos patrocinado. Tanto Laura como yo somos afectos a esta bebida y siempre concordamos que la mejor ocasión para disfrutarla es cuando la compartimos en nuestros encuentros amorosos. Y la ocasión se dio. Si bien no era la primera vez que íbamos a estar juntos íntimamente, esta había sido planeada con anterioridad mucho cuidado y prestando especial atención a todos los detalles. El plan era quedarnos hasta la noche desde la hora habitual de inicio en la mañana de nuestra jornada laboral en el estudio. Durante todo ese día �nuestra oficina� sería ese lugar tan disímil de la de todas las mañanas. También Laura estaba distinta. No era porque a diario que se vistiera y arreglara con mal gusto, sino todo lo contrario. Pero esa mañana estaba radiante, más bonita que de costumbre, lo cual no era nada fácil. Se había maquillado con mucho esmero, dando un marco especial a sus profundos ...
... ojos color miel y acentuando el volumen de sus carnosos labios, los cuales sabía que eran un detalle muy sugerente en su cautivador rostro. Subida a esos zapatos de fino tacón, era de esas mujeres que al caminar cadenciosamente, como bien sabe hacerlo, no pasan en absoluto desapercibidas, sino que por lo contrario hacen que más de uno desvíe la vista hacia su bien proporcionado cuerpo. Esa mañana, no más traspasar la puerta de la habitación, entramos a un mundo creado pura y exclusivamente para el disfrute de la sensualidad en todas sus formas. Una dulce melodía de fondo nos recibió en un ambiente suavemente perfumado, con una iluminación tenue pero que permitía observar todos los detalles, dado que la vista es uno de los sentidos esenciales en toda relación de pareja. La temperatura era ideal en toda la habitación, lo cual permitía prescindir con comodidad no solo de las vestimentas habituales en esa época del año, sino de toda otra prenda de ropa, tal como teníamos pensado hacer. Despojándonos presurosamente de nuestros abrigos y depositando la botella Mágnum que Laura llevaba acunada en sus brazos en el frigo bar, nos dimos al juego de observar el lugar, reflejándonos en los innumerables espejos que rodeaban la estancia, así como en el que estaba estratégicamente ubicado sobre el enorme lecho. Enorme también era la bañera de hidromasajes, la cual estaría pronto llena de burbujeante agua caliente. No podíamos dejar de besarnos y acariciarnos, a la vez que nos describíamos ...