Nombre de ángel: Matías
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Hetero
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... sacaste de la nómina... "motivos de la empresa" es fácil de escribir, pero decirlo en persona es otra cosa, ¿cierto? Me abrazó al borde de las lágrimas como el hermano que siempre lo consideré - Lo que quieras de mí, de ahora en adelante, pídelo, es tuyo. - ¿Seguro? - Totalmente - Que bien, porque tengo un proyectito de construcción y me interesa que salga lo más barato posible - Hecho - Ahora, a lo que vine... despeja esa pizarra y el mesón grande, tenemos que trabajar. Extendimos papeles y comenzamos a sacar cálculos. Susana se quedó en una esquina, mirando preocupada. Claramente entendía con suerte la mitad de lo que escribíamos. Lo escrito hablaba de un proyecto entre dos ciudades, diferencias horarias y distancias a considerar. Parecía tener que ver algo con una carretera. Los funcionarios ocasionalmente preguntaban algo y la dama del moño de cebolla se limitaba a anotar. Afuera, el resto de los compañeros de trabajo de Susana se veían más ajetreados que de costumbre. Eran pasadas las 5 de la tarde cuando la discusión se decantó - ¿A ver, a qué hora fue el evento? - A las 17:22, hora local - Entonces, ¿compensando la diferencia horaria? - Mira, al principio parecía que eran 2 minutos y 2 segundos. Pero esos eran datos de agrimensura simple; hoy los cotejé con el GPS y la diferencia exacta es de 2 minutos, 2 segundos y 17 milésimas... una diferencia dentro de las tolerancias, como dije - Entonces estamos bien... me preocupé por nada - Tampoco por nada... si había un ...
... error podría haber llegado a constituir delito La cara de Susana, ante aquel diálogo, se relajó bastante - Bueno, claro... menos mal que el asunto está aclarado... ¿qué opina usted, doña Mercedes? La dama del moño de cebolla se acercó, miró con detenimiento los croquis y dijo - Perfectamente. No parece haber problemas para la firma del contrato - Uf... esto lo cambia todo, ¿no? - Claro que sí, Miguel Nos abrazamos con júbilo. Susana se acercó a nosotros - Entonces... ¿aclarado el malentendido? - Ningún malentendido, Susana -dije-, pero esto de veras lo cambia todo: Lo siento, pero nuestro arreglo tiene que terminar - ¿¡Qué!? - Bueno, eso... no puedo seguir contigo como estábamos. Los costos en todo ámbito me resultan demasiado altos, y no estoy dispuesto a seguir desperdiciando recursos de esa manera tan juvenil. Cayó al suelo, de rodillas. Ni siquiera lloraba. Levantó la mirada, incrédula. - Me... ¿me estás dejando? -preguntó- Me puse en cuclillas frente a ella, con la mirada seria. - Susana... tendrás que aprender a escuchar mejor - ¿Qué? - Eso... no dije nada de dejarte. Simplemente que ahora está clara la diferencia de horas real entre el lugar y momento de tu nacimiento y tu ubicación actual... de acuerdo a esos cálculos, hace, déjame ver... casi tres minutos que eres mayor de edad, así que... Extraje un anillo de oro simple de mi bolsillo y le pregunté - ¿Te quieres casar conmigo, ahora? Miró el anillo por lo que se antojó una eternidad... - Pídemelo otra vez - No. Me ...