1. El masaje


    Fecha: 16/03/2018, Categorías: Hetero Masturbación Autor: Dorsai, Fuente: CuentoRelatos

    ... Continuó por la parte interna de mis muslos evitando tocarme los testículos. Se echó encima mio y mientras sus delicados y fuertes dedos recorrían mi piel, sus pechos resbalaban por mi espalda y me daba pequeños besos en el cuello. El aceite de mi cuerpo hacia que Bianca se deslizara con facilidad, tocándome de maneras que no hubiera imaginado. Ahora me besaba el cuello y sus manos acariciaban mis nalgas. Ahora una pequeña mordida de hombros y con un rápido movimiento me acariciaba los huevos. Cada minuto mi pene se ponía más y más duro, aplastado por el peso combinados de ambos. Sin darme cuenta empecé a gemir despacito. Bianca soltó una pequeña risita, bajó de mi espalda y sólo con la yema de los dedos empezó a acariciar mis huevos. Levanté las caderas para facilitarle el trabajo. Al hacerlo su dedo índice recorrió el largo de mi pene. - Está duro mi vida. - Así me pones Bianquita. Me tienes excitado. - Ponte boca arriba. Giré sobre la colchoneta y pude verla arrodillada a mi lado. Su rostro era la lujuria encarnada. Sus pezones se mostraban duros y desafiantes. Coloqué mi mano en su cintura y empecé a acariciarla suavemente. Ella sonrió. Empezó a besarme el cuello, su lengua jugó con mis tetillas, las mordisqueó suavemente y gemí de placer. Una de sus manos jugaba entre mis huevos y mi ano, con delicadas caricias. Sus besos me calentaban cada vez más. La tomé suavemente y la puse encima mío. Nuestros rostros estaban a centímetros uno del otro. Aproveché la fricción que ...
    ... daba el aceite y la hice deslizarse hacia arriba, atrapé su pezón derecho entre mis labios y empecé a succionarlo suavemente. Sus manos se volvieron un torbellino sobre mi cabeza, despeinándome aún más. Se le escapó un ligero gemido cuando mordí su pezón. Puse mis manos en su culo y empecé a apretarlo y soltarlo. Disfrutaba de la dureza de esa preciosidad. Uno de mis dedos la acarició desde la base de la columna hasta su depilado coño. Estaba mojada, muy mojada. La giré sobre si misma quedando culo encima de mi vientre. Con la mano izquierda acariciaba sus tetas, mi boca le moría el lóbulo de la oreja y pasaba la lengua por su cuello, la mano derecha llegó a su coño y empecé a masturbarla. Bianca arqueó el cuerpo de placer, mi pene dolía de la excitación, sus pequeños pies acariciaban mis pantorrillas. Mi dedo encontró su clítoris y empecé a acariciarlo. Presioné uno de sus pezones, se le escapó un largo y sostenido gemido de placer. Giró nuevamente, colocó sus manos en mi pecho y con una lentitud premeditada acercó su rostro al mío. Nuestros labios se tocaron primero, luego se fundieron, los cuerpos se mezclaron en un abrazo que tenía más de animal en celo que de sensual. Tomé sus nalgas con fuerza, ella tiraba de mis cabellos. Con esfuerzo pude acariciar nuevamente su coño y pude sentir como se vino. Su cuerpo se tensó por unos instantes y luego se relajó con lentitud. Quedó tendida encima mío y pude ver una sonrisa de satisfacción en el reflejo del espejo. - Mi vida, eso no ...