-
Jugando billar con mi compadre...
Fecha: 16/03/2018, Categorías: Gays Voyerismo Tabú Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... amigos tomándose un trago como si fuera agua. Nos invitó a instalarnos en otra de las cabañas que tenían construidas y que viniera pronto para echarme una copa con él. Mi mujer dijo que me quedara ahí mientras ella y la comadre acomodaban todo, mientras me hacía señas para que lo tranquilizara.Y eso pasó. Comencé a platicar con el compadre y como que la fiera se aplacó. Me contó que nunca había pasado tanto tiempo sin su hija y que la extrañaba. Además que Adolfo le había prometido que llegarían el viernes y que le partía la madre que no le cumplieran. Verdaderamente me parecía exagerada su reacción, pero creo que las cosas iban más allá del hecho de extrañar a mi ahijada.La noche pasó sin sobresaltos y ya un poco tarde decidimos ir a dormir. Mi compadre estaba ya muy borracho y cuando intentó levantarse de la mesa. Yo muy acomedido pasé la mano por su cintura, lo ayudé a parar y sin querer le agarré el trasero. Mi compadre volteó a verme con una sonrisa pícara.Para eso son pero se piden compadre.Perdón, se me fue un poquito la mano compadre.No te apures pinche Alex. Dijo, no serás el primero que me agarra las nalgas.¿No? Pregunté casi sin voz y el compadre solo sonrió.Mi comadre salió de la recámara y lo ayudó a entrar, mientras Yo me quedé con un vacío en el estómago y la verga queriéndome reventar el pantalón. Me fui a mi cabaña y me metí al baño a jalármela, para que mi mujer y mis hijos no se dieran cuenta. Por primera vez había puesto mis manos en ese culo y para mí ya ...
... había sido más de lo que esperaba. Luego me acosté junto a mi mujer y me quedé perdidamente dormido.Por la mañana desayunamos todos juntos y las mujeres nos dijeron que querían ir al centro de la ciudad –Cuernavaca es una pequeña ciudad- y que llevarían a los niños a divertirse un rato. Mi compadre y Yo nos quedamos con la firme disposición de echarnos un chapuzón en la alberca. Y así fue. Nos pusimos los bañadores y estuvimos nadando un buen rato. La verdad es que Sergio lucía muy antojable aunque su traje de baño era como un short, pero con el agua se le repegaba al cuerpo y mostraba sus formas de una manera que yo no podía quitarle los ojos de encima. Su pecho era muy peludo igual que sus piernas, y la barba de candado que llevaba le iba tan bien que preferí sentarme en una de las sillas de la alberca mientras lo veía mover su cuerpo a placer.Pasado un rato Sergio salió de la alberca y se sentó junto a mí. Destapó una cerveza y la bebió de un solo golpe. Ahí estuvimos por algún rato platicando y bebiendo hasta que el sol se puso muy fuerte. Mi compadre se levantó de su silla y comenzó a untarse bronceador en el pecho y los hombros, pero no alcanzaba toda su espalda.Oiga compadre póngame esta madre en la espalda porque si no voy acabar todo quemado.Ya está compadre, respondí. Acuéstese y yo le unto.Bueno pues, dijo y se acostó en la silla.Puse suficiente en mis manos y lo empecé a frotar en su espalda, comenzando por los hombros y bajando hasta su cintura. Luego bajé a sus ...