Un macho policía
Fecha: 17/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... gloria. Recorrí con mis labios el tronco prieto de su pene, era tanta mi calentura que como pude introduje aquel manjar hasta que sentí como desgarraba mi garganta. Eso es oficial, soy suyo, cójame por la boca. Aquel hombre empezó a tomar el mando, tomo entre sus fuertes manos mi cabeza y ordenaba como quería que se la mamara. Mientras con mis manos le apretaba las nalgas. Todo él era una escultura, recuerdo sus nalgas fuerte, peludas, redondas. Me ensalivé la mano para lubricarle el culo y comenzar a dedearlo. Mientras en mi boca seguía derramando el lubricante de su sexo. Ya no pude más, la calentura casi no me dajaba reaccionar, como pude, le quite la camiseta y los pantalones y lo apoyé sobre el escritorio. Su cuerpo lució cuan imponente era. Le besé las tetillas, se las mordí, le besé el cuello al cabrón ese. Tremendo macho el que estaba saboreando. Me incorpore y ya con la verga de fuera lo bajé para sentir sus labios como humedecían mi miembro. Continuamos dándonos placer oral por un rato hasta que lo volteé y le abrí sus nalgas, le lamí el culo, culo tan rico que tenía ese tipo. Saqué de mi escritorio unos condones y lubricante que tenía y le lubriqué el oyito para dedearlo más sabroso. Lo coloqué sobre el escritorio empinado con el culo al aire. Me puse el condón y lo apunté a su entrada. De un golpe le metí la mitad de mi verga. Sólo alcancé a oír un pequeño quejido que dejó escapar al sentirme que empezaba a entrar en él. Coloqué mis manos sobre sus hombros para ...
... acomodarme. De un solo golpe le dejé caer lo que me quedaba. Noté como cambiaba su gesto en el vidrio de un diploma que tenía en el muro. Comencé el mete y saca suavemente. Yo no quería que aquello acabara, lo disfrutaba al máximo. Le pedí que cambiáramos de posición. Le di la vuelta para que quedara boca arriba con las patitas al hombro. Otra vez le coloqué la pistola en la entrada y ahora sí me lo ejecuté a la primera. Acabado de decir eso, y como estabamos frente a frente, me besó en la boca con tanta pasión que me extrañé Era tanta mi calentura y mi morbo que le pregunté: Yo continuaba coge y coge. Le besaba el cuello. Al mismo tiempo lo masturbaba. Me salí y rápidamente le coloqué el fierro en la boca Cuando se los eché en la boca una parte cayó en la cara batiéndola toda. Ya repuesto le di una de las mejores mamadas que he dado nunca. Al terminar, entre la plática y la cogida habían pasado ya más de dos horas. En eso alcanzamos a ver que ya uno de los otros policías venía a buscarlo. Tuvo que salir casi corriendo y no pudimos hablar mucho. Obviamente después nos pusimos de acuerdo para seguirnos viendo. Con el tiempo llegamos a ser buenos "cuates" y vivimos varías situaciones muy ricas. Pasado el tiempo dejó de trabajar en ese servicio, sé por donde anda más o menos, pero como nunca nos dimos nuestros teléfonos o nada parecido para respetar nuestros matrimonios. No hay que mezclar las cosas y no lo he vuelto a ver. Lo curioso aquí es que después que lo removieron, había ...