Me enamoré del maestro de música - Relatos Eróticos

Me enamoré del maestro de música

... hecho mujer, di que te gusta como te cojo y te hago mía" mientras lo veía a los ojos le conteste "usted me hizo mujer, me gusta sentir como me coje y me hace suya" sus embestidas aumentaron de ritmo y yo gemía fuerte al sentirlo invadirme "escuchate, que ricos gemidos, te debe encantar como te penetro, a partir de hoy me perteneces, sólo yo te puedo tocar ¿Entendido?" "Siiii siiii soy suya" sus embestidas se volvieron violentas y de nuevo comenzaba a dolerme, con mi mano lo empujaba de su pecho y le pedía "más despacio por favor, toda así no, me duele, aayyy aauuu me duele" el maestro se reía y bajaba un poco el ritmo pero me la seguía encajando por completo haciendome gritar cuando topaba adentro toda, lo veía con carita de enojada porque no me hacía caso de no meterla toda, así que con ambas manos lo intentaba empujar y le dije más fuerte "¡Que toda NOO me duele, es muy grande!" Se detuvo de golpe sacandomela toda y viéndome de forma amenazante tomó mis bragas y haciendolas pelota la metió en mi boca amordazandome y abriendo bien mis piernas las puso sobre sus hombros, sus  manos tomaron las mias a cada lado sometiendome y enfuerecido comenzó a penetrarme más violentamente, tan fuerte como podia, la mesa en la que estaba parecía que se rompería de lo duro que me estaba cogiendo, mis gritos se ahogaban en la tela, no me podía mover, quitar o empujarlo, su enorme falo asaltaba mi vagina sin piedad, cada embestida me dolia y la sentía más adentro topar en mi, como si me ...

... quisiera partir a la mitad, se veía más excitado y con su voz gruesa amenazante me decía entre penetradas "Debes entender que ahora eres mía!!! Y te voy a coger como se me de la gana, entendiste? MIIAA, MIIAAA, MIIAA" Esas ultimas palabras las acentuó con penetraciones más brutales y así continúo dándome, lágrimas salian de mis ojos y el riendose me decía "Así vas aprender a no darme ordenes pequeña, aquí el que manda soy yo, además, es riquísimo tenerte así, como muñequita de placer, para cogerte a mi antojo, estas indefensa, y mi verga quiere quedarse hasta al fondo" dejandomela bien ensartada se detuvo un momento, me quitó la mordasa y con sus dedos pulgares limpiaba mis lagrimas y decia "ssshhh sshhh ya yaa ya bonita, ves lo que me haces hacer, ¿Ya te vas a portar bien?" Asentí con la cabeza "buena niña" bajó mis piernas de sus hombros y de a poco comenzó a bombear dentro de mi un poco más suave, "así te gusta verdad, que te coja rico" yo le decía que sí, de a poco sus embestidas volvieron a ser bruscas y dolorosas por el tamaño de su miembro, pero me abstenia de empujarlo y sólo lo veía con carita suplicante esperando se apiadara de mi y se diera cuenta que me dolían sus embestidas, pero él lo sabía perfectamente, parecía que disfrutaba verme así, por algún motivo eso me excitaba más, de mi boca salían gemidos y pequeñas expresiones de dolor "aaauu, oouusshh, aahhh, mmm... Me duele, aaahh aauuuu, mmmm" y él aumentaba más la fuerza, me decía "Que rica nena, ves que bien ...